(ESPECIAL)
Un tribunal de San Salvador confirmó el jueves la sentencia a 10 años de prisión para la ex primera dama Ana Ligia de Saca por el delito de lavado de dinero y ratificó que deberá pagar al Estado 17.6 millones de dólares en concepto de responsabilidad civil.
Junto a la señora de Saca el tribunal impuso 10 años de prisión a su hermano Oscar Edgardo Sol Mixco, mientras que Milton Romeo Avilés, ligado a las empresas de la familia Saca, fue condenado a siete años de cárcel por el mismo delito, informó la oficina de Comunicaciones de los Tribunales de Justicia.
El caso está ligado a actos de corrupción durante el gobierno de Tony Saca (2004-2009), que fue juzgado y condenado por el desvío de más de 300 millones de dólares de las arcas del públicas para favorecer a sus empresas y terceros.
Durante el juicio la ex primera dama tuvo acercamientos con el Ministerio Publico para someterse a un proceso abreviado a cambio de recibir una pena de prisión menor, pero al final no se logró un acuerdo sobre el monto de dinero que se le exigía.
La ex primera dama había confesado su responsabilidad en el lavado de 25 millones de dólares de fondos públicos, pero se retractó luego de que el Ministerio Público le exigió que regresara al Estado el monto señalado.
Al recibir la sentencia por escrito, los abogados de la señora Saca confirmaron que acudirán ante la Cámara Primera de lo Penal de San Salvador para apelar la decisión de los jueces.
La señora de Saca -.que fue procesada en libertad- fue enviada a una cárcel de mujeres en esta capital, pero debido a su delicado estado de salud en enero fue ingresada a un hospital, donde aún recibe atención médica.
La red de corrupción que integraba lavó los 25 millones de dólares mediante la triangulación de fondos que salían del Estado hacia particulares que los transferían a varias agencias de publicidad que a su vez los remitían a empresas de comunicación de la familia del expresidente Saca.
El exmandatario, de 57 años, cumple una condena de 10 años en el penal La Esperanza, en la periferia de San Salvador. En septiembre de 2018 pidió un proceso abreviado y después de confesar sus delitos un tribunal lo sentenció por peculado y lavado. Cinco de sus viejos colaboradores se declararon culpables en el mismo juicio para obtener una condena menor.
Saca fue detenido en septiembre de 2016 y se convirtió en el segundo mandatario salvadoreño en ser procesado por enriquecimiento ilícito o por desvío de recursos públicos durante su mandato. El primero fue Francisco Flores (1999-2004), quien murió de un derrame cerebral mientras estaba en arraigo familiar. Ambos llegaron al poder postulados por la derechista Alianza Republicana Nacionalista.
Los expresidentes Mauricio Funes (2009-2014) y Salvador Sánchez Cerén (2014-2019), del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, están refugiados en Nicaragua y tienen pendientes varios procesos en El Salvador.