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Tras dos días de intensos bombardeos rusos, el Gobierno de Ucrania intenta reparar los daños en la infraestructura eléctrica, mientras pide a sus aliados más sistemas de defensa antiaérea.
Las compañías eléctricas han advertido a los ciudadanos de la alta probabilidad de apagones parciales planificados para equilibrar la demanda y el suministro de electricidad mientras prosigan las reparaciones.
Según Ukrenergo, el operador del sistema de transmisión eléctrica, se han implementado cortes parciales en Kiev y en seis regiones del centro de Ucrania debido al incremento del consumo eléctrico en un 6 % en relación al martes.
No obstante, en la región de Vinnytsia el suministro está totalmente restablecido después de que la planta eléctrica de Ladyzhynska fuera atacada el martes en dos ocasiones por las fuerzas rusas con drones suicidas Shahed-136, de fabricación iraní.
Lo mismo ocurre en la ciudad de Leópolis, al oeste del país, donde los tranvías y trolebuses vuelven a circular después de que los ataques rusos dañaran cuatro subestaciones energéticas, según el jefe de la administración militar regional, Maksym Kozytskyi.
Sin embargo, las autoridades locales advierten de que por el momento seguirá siendo complicado garantizar un suministro ininterrumpido y piden a los ciudadanos que minimicen el uso de dispositivos domésticos en las horas de mayor consumo.
Los ataques rusos contra la infraestructura energética han continuado en el día de hoy, aunque a menor escala que las dos jornadas anteriores, y, en dos distritos de la región de Sumy, al noreste de Ucrania, la artillería rusa ha ocasionado apagones parciales, informó el jefe de la administración regional, Dmytro Zhyvytskyi.
También las autoridades regionales de Dnipropetrovsk (centro) anunciaron que un ataque con un misil ruso contra la infraestructura energética del distrito de Kamiansk causó "un gran incendio y destrucción".
Además, la subestación "Dniprovska", que supone la única conexión de la central nuclear de Zaporiyia con la red eléctrica ucraniana, fue dañada por un misil ruso, informó Energoatom, lo que interrumpió durante varias horas el suministro eléctrico a la planta, bajo ocupación de Moscú, por segunda vez en cinco días.
El ministro de Energía de Ucrania, Herman Halushchenko, reveló en una entrevista con la cadena de televisión estadounidense CNN que el 30 % de la infraestructura energética de Ucrania ha sido dañada desde el lunes.
Los ataques han obligado a Kiev a interrumpir la exportación de electricidad a Europa, lo que según dijo podría contribuir a intensificar allí la crisis energética.
El ministro aseguró que el sistema energético ucraniano "todavía es estable" pero pidió a los aliados que ayudan a protegerlo a través del suministro de armamento antiaéreo.
Por su parte, el ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, anunció que hoy comienza "una nueva era de la defensa aérea", tras confirmar que Ucrania ha recibido de Alemania el primer sistema IRIS-T, cuyos potentes radares permiten una mejor detección de los misiles rusos, según fuentes del Ejército ucraniano.
Aunque los sistemas NASAMS estadounidenses "también están en camino", Reznikov subrayó que Ucrania necesita más armamento de este tipo.
Según Viktor Kevliuk, analista militar del ucraniano Centro de Estrategias Defensivas, se volverá necesario establecer prioridades entre los múltiples blancos potenciales que requieren en estos momentos protección aérea.
"La infraestructura energética clave debe figurar sin duda en un puesto alto de la lista", dijo a Efe el analista, que explicó que antes de la invasión el núcleo de la defensa antiaérea ucraniana consistía en unos 250 sistemas S-300 de fabricación soviética.
Aunque en estos momentos no existen cifras oficiales sobre la cifra actual y su procedencia, el comandante en jefe de las fuerzas ucranianas, Valerii Zaluzhnyi, subrayó el lunes que se ven obligados a repeler los ataques rusos con una "cantidad insuficiente" de armas de tiempos soviéticos.
A pesar de ello, según los últimos datos que se han hecho públicos, durante el lunes y parte del martes Ucrania logró interceptar 63 de un total de 113 misiles rusos (en torno al 56 %).
Según Kevliuk, los sistemas IRIS-T y NASAMS serán una añadidura bienvenida, pero hacen falta además otros tipos para crear un sistema de defensa que disponga de armas con varios rangos de alcance.
Mencionó en concreto los sistemas británicos Rapier, que se pueden emplear para proteger aeropuertos o infraestructuras energéticas y los sistemas Aspide que ha prometido España, que en estos momentos entrena para su uso a militares ucranianos