Un delicioso emprendimiento en La Laguna

Jorge impulsa un negocio de huaraches laguneros, con guisos como carne asada, salsas de mango con piña, macha y de cilantro, así como una masita crujiente, lo que le ha permitido

Jorge Alberto Armendáriz Lira se dedicaba al ramo alfalfero pero, durante la pandemia, buscó la posibilidad de obtener un ingreso extra, aprovechando su interés en la cocina.

Recordó que, luego de un viaje a la Ciudad de México donde probó los tradicionales huaraches, decidió crear una fusión del platillo sureño con guisos laguneros, así lo presentó en un fin de semana a sus amigos y les encantó, por lo que se repitió en otra ocasión y surgió la idea de impulsar un negocio como La Huarachería, en Ampliación Los Ángeles.

PREPARACIÓN

Jorge se encarga de la preparación de todas las salsas y los guisos, pero también los huaraches, por lo que ha experimentado con diferentes tipos de masa hasta obtener la consistencia que disfrutan sus clientes, que es crujiente para que no se rompa con los guisos, los frijoles, la verdura, cueritos y todo lo que lleva encima.

"Para mí, el trato al cliente es tan importante como es el platillo, cuidamos mucho la calidad del producto pero también buscamos brindar un excelente trato, platicamos con los clientes, nos gusta que regresen, a todos nos gusta que nos traten bien", comentó.

Aunque tradicionalmente los huaraches suelen ser de deshebrada, papas, chicharrón, en este negocio se hizo una fusión con guisos laguneros como carne asada, adobada, chicharrón prensado, entre otros que puedan ir surgiendo. La masa ha gustado mucho a los comensales, que incluso se llevan los huaraches sin guiso para comer o desayunar entre semana, pues Jorge abre de jueves a domingo.

Como consejo a otros emprendedores, Jorge recomendó que primero conozcan y dominen su proceso, de su producto o servicio, y una vez que conozcan bien sus necesidades, realizar un estudio de mercado para ello: "tienes que estar enamorado de tu producto para poderlo ofrecer de esa forma, con ese entusiasmo de poderlo enseñar y ofrecerlo a los clientes, estar muy seguro, ya entonces, es ese trampolín, muchas veces no estamos seguros de aventarnos porque no sabemos si el producto es bueno o malo, es lo que muchas veces te hace tambalear", dijo.

Consideró que es muy positivo siempre conocer a la competencia, visitar a otros negocios que pudieran tener algo similar y tratar de innovar, de crear algo diferente, crear una necesidad de mercado que no tenga la competencia.