Si en 2 años no se tienen avances en la reforestación natural, se tendrá que dar la intervención humana. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Si en un año o dos no se tienen avances evidentes en la reforestación natural, se tendrá que dar la intervención humana, señaló Alfredo Herrera Duenweg, titular de la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente (SRNyMA).
Este año se volvió a romper récord en cuanto a superficie afectada por los incendios forestales, al rebasar las 86 mil hectáreas, expuso el funcionario estatal.
Sin embargo, de dicha cantidad, solamente el ocho por ciento fue de arbolado adulto, por lo que se estima que en un par de años, se tenga que hacer una revisión para saber si la reforestación se está dando de forma natural.
"De no ser así, tendrá que intervenir la mano del hombre, para reforestar las áreas que han sido más afectadas por causa de los incendios forestales", comentó.
Este ha sido un año muy seco, lo que en su momento ocasionó graves problemas en la zona boscosa, con un incendio muy grande en San Bernardo, de casi un mes de duración.
Se tuvo que pedir la ayuda de equipo aéreo, por lo que la Comisión Nacional Forestal (Conafor) gestionó la llegada de un helicóptero que contribuyó a realizar un mejor trabajo.
Herrera Duenweg, mencionó que estas situaciones se desprenden directamente del calentamiento global y el cambio climático.
"Por eso vemos que Monterrey, Nuevo León se quedó sin agua, situación que ha demostrado lo complicado que es vivir sin el preciado recurso natural.
En el caso de Durango, hay quienes pueden presumir que todavía hay agua suficiente; no obstante, hay que cuidarla para evitar que algo así suceda.
Hay que proteger la cuenta alta para garantizar la llegada del agua a las zonas urbanas de la entidad.
Citó que la presa Lázaro Cárdenas, la más grande del estado, se encuentra por debajo del 30 por ciento de su capacidad.
La presa se abastece con el Río Nazas, que surge en las partes altas de los municipios de Santiago Papasquiaro y Durango.
Por eso es muy importante el cuidado de las cuencas del estado, que llevan agua, no solamente a los municipios de Durango, sino a otros estados.