Juanita y su familia son fieles católicos que ayer acudieron a la representación número 40 del Viacrucis en el Cerro de las Noas.
Como una forma de agradecimiento a Dios, Juanita Araceli Benavides y su familia acudieron a la representación número 40 del Viacrucis viviente que se realizó ayer en el Santuario de Cristo de Rey del Cerro de las Noas de Torreón.
El camino de Jesucristo a la cruz ocurrió en medio de un clima caluroso y bajo los intensos rayos del sol, pero no esto no impidió que miles de laguneros participaran en esta manifestación de fe.
Juanita es habitante de la colonia Nueva Laguna Norte y subió caminando al Santuario de Cristo Rey, la acompañó su esposo Ulises González, sus hijos y su hermano Jesús. La mujer narró que los últimos dos años fueron muy difíciles pues ella, uno de sus hijos y su hermano se contagiaron de COVID-19. "Estamos muy agradecidos porque estamos aquí, hay personas que han sufrido mucho, han tenido muchas pérdidas a causa del COVID-19", dijo.
El señor Ulises expresó que este año su principal petición es que tanto él como sus seres queridos tengan salud y trabajo mientras que Jesús agradece por la vida.
"Venimos a darle gracias a mi padre Dios por dejarnos un año más con vida, fueron dos años muy pesados y muy dolorosos para mucha gente por las pérdidas que hubo, a nosotros nos dio COVID pero aquí seguimos de pie todavía", comentó.
Durante el camino de Jesús de Nazaret al calvario, la familia de Juanita tuvo sentimientos encontrados, sobre todo cuando el hijo de Dios estaba en agonía y fue crucificado.
La familia torreonense cargó con agua embotellada y ropa de manga larga para protegerse del sol. Pensaron que por haber tenido COVID-19 se iban a cansar pronto pero no fue así. "No nos cansamos, yo creo que es el amor de Dios y las ganas que teníamos de asistir, venimos con toda la fe, valió la pena subir".
Como ellos, cientos de personas subieron por la rampa hasta el Santuario de Cristo Rey. Caminaron niños, niñas, adolescentes, jóvenes, personas adultas y de la tercera edad, algunos de ellos con discapacidad. Durante el Viacrucis hubo incluso personas que decidieron subir al cerro descalzas y otras más lo hicieron con figuras religiosas, rosarios e imágenes de seres queridos.