(FERNANDO COMPEÁN)
Como un gran amigo, un gran padre y un gran pastor, fue como José Luis Escamilla Estrada recordó a don José Guadalupe Galván Galindo, obispo emérito de la Diócesis de Torreón, al unirse a la honra fúnebre que se le ofrece a monseñor en la parroquia de San José. Adelantó que sus restos descansarán junto a los de monseñor Fernando Romo, primer obispo de la ciudad, quien falleciera en el 2007, en la Catedral del Carmen.
Escamilla Estrada, Vicario General de la Diócesis, ofreció una misa en punto del mediodía de este lunes en la que de forma previa, se acercó a su féretro para dedicarle unas palabras discretamente.
Comentó que con esta celebración eucarística se une al sentir de los feligreses, además de "aprovechar esta ocasión como una oportunidad para profesar la fe; creemos que Cristo resucitó y nosotros participamos de su resurrección, Don Lupito, creo, confío y espero que ya esté gozando del premio que Dios le tenía reservado".
Desde el domingo, su cuerpo es velado en la parroquia de San José, hasta donde han acudido sacerdotes no solo de Torreón sino de otras partes de la región e incluso del país.
El también Vicario de la Diócesis de Torreón detalló que este miércoles, el obispo Luis Martín Barraza será quien oficie la misa exequial en punto del mediodía, para después en procesión dirigirse a la catedral.
Aunque la intención era realizar la procesión caminando, debido a las altas temperaturas, se decidió que por seguridad y sobre todo salud, se realice en automóvil.
Antes de que su cuerpo sea colocado en la cripta, se realizarán unas honras fúnebres en la catedral, para que aquellos fieles que no pudieron despedirse, lo hagan.
Ya en la capilla donde descansarán sus restos, solo podrá entrar un grupo selectivo de personas, debido a que el espacio es reducido y para evitar contagios de COVID-19.
"Ahí están los restos de don Fernando Romo, quien en el 2007 falleció", recordó el Vicario General.