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Ida Vitale y Elena Poniatowska entregan diálogo en la FIL Monterrey

Las dos escritoras compartieron palabras en la Feria Internacional del Libro Monterrey 2022

La poeta uruguaya afirma que el poeta se pone encima de lo que ya está bien en el mundo (EL SIGLO DE TORREÓN/SAÚL RODRÍGUEZ)

La poeta uruguaya afirma que el poeta se pone encima de lo que ya está bien en el mundo (EL SIGLO DE TORREÓN/SAÚL RODRÍGUEZ)

SAÚL RODRÍGUEZ.

Las palabras las rodean, tanto en la tinta de sus libros como en sus propias voces. La poeta uruguaya Ida Vitale y Elena Poniatowska, dos Premios Cervantes latinoamericanas, entran a la sala acompañadas de Consuelo Sáizar. Avanzan en abrazo, sin rapidez, pero con firmeza. Son las 19:00 horas en la locación de la Feria Internacional del Libro de Monterrey. El auditorio C está repleto de lectores que les aplauden y las reconocen de pie. Ambas mujeres sostendrán un diálogo sobre su oficio, su obra y visión, a sus más de noventa años de edad.

El norte recibe a dos autoras que se acercan al siglo de existencia. Vitale tiene 98 años, Poniatowska ostenta 90. El público las consiente. Les han sobrado homenajes en los últimos tiempos, condecoraciones, reconocimientos a sus largas trayectorias como tatuadoras de la vida sobre páginas. No podría ser de otra forma, porque la escritura es eso: vida, y las ponentes rebozan de ello.

Laura Santamaría modera: "¿Qué le preguntaría Elena a Ida Vitale?". El evento se trata de un homenaje para ambas, pero Elena Poniatowska acepta la batuta y acude a su instinto periodístico. Con oficio se anticipa y toma la herramienta de la pregunta, vital para la alfarería de cualquier intercambio intelectual. Le cuestiona a Ida Vitale sobre el amor y el papel de este en su poesía.

"La poesía es algo maravilloso que tienta, bien o mal, pero el resultado ahí va". Comenta que la literatura es una cadena maravillosa.

Poniatowska consulta a la poeta sobre su amistad con Octavio Paz. La autora de Léxico de infinidades se sincera y acepta que esa amistad le abrió muchas puertas en México. "Tuve la suerte de venir a México y que me aceptaran como una persona más".

La poeta uruguaya afirma que el poeta se pone encima de lo que ya está bien en el mundo, que la poesía es un camino de perpetua elección, que pocas cosas marcan tanto como un libro que se lee en la infancia, en ese "país de siempre" del que hablaba Gabriela Mistral y que Roberto Bolaño interpretó en alguna entrevista.

Y es que como en la propia vida, en la poesía uno avanza a tientas, dando pequeños pasos y lo vital de esos pasos se encuentra precisamente en la infancia, lugar que Rilke también bautizó un día como "la patria del poeta". Por eso la educación le es tan vital a Ida. Así recuerda sus días en el Liceo, en Montevideo, y se concibe admiradora del esfuerzo que mostraron sus maestros.

La charla continúa su rubro. Ubicarse en la sociedad debe empezar temprano, de ahí la importancia de la educación universitaria, donde se plantean diferentes actitudes, diferentes caminos. Para Vitale, los periodos de aprendizajes son distintos e imprescindibles.

La moderadora ahora se dirige a Elena, quien hace poco recibió un homenaje en el Palacio de Bellas Artes por sus nueve décadas de vida. Se cita el primer capítulo de Hamlet, Ida Vitale interviene con su buen humor y menciona que no lo recuerda. El fragmento trata sobre en qué sentido consideran que han dejado el mundo un poco menos chueco del que lo encontraron.

"No tengo la pretensión de haber cambiado el mundo. Soy menos sabía que cuando tenía 21 años. Estoy mayor capacitada para decir tonterías". Vitale añade: "Ya lo dijiste todo. Es difícil que a uno le venga la sospecha de que cuenta para algo".

Más tarde, la reconocida periodista resalta que ambas autoras suman casi 200 años de vida. "¡200 años es muchísimo!", exclama.

Poniatowska pregunta a Vitale cuánto tiempo vivió en México: "¿Quince años, quizá?". La respuesta de la poeta arranca aplausos del público de manera contundente: "Desde que vine he estado siempre, incluso en mi país".

"Siempre se puede mejorar lo que hemos hecho, aunque no mucho, porque después salimos desubicadas", añade la poeta.

En una de sus intervenciones, Laura Santamaría pregunta a las invitadas qué ha cambiado de ese mundo que conocieron y qué permanece.

Poniatowska trae a la mesa el canto popular de las mujeres. Ida resalta que se toque el tema de la música. Ya está, lo tiene claro: si tuviera la oportunidad de nacer, elegiría ser músico antes que poeta, porque a nadie envidia más que a alguien capaz de entregarse con vocación a las partituras.

En la ronda final de preguntas y respuestas, una lectora del público levanta su mano para solicitar el micrófono, le habla al aparato y su cuestión escapa por las bocinas. La mujer cita el libro que Poniatowska tiene sobre Leonora Carrington y su duda radica en a cuál contemporánea elegiría para escribir sobre su vida. Elena no expone duda alguna: "A Ida Vitale".  

Escrito en: cultura Vitale, poeta, Elena, Poniatowska

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