Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como "Alito", disputa hoy en día el título del peor presidente del PRI nacional de la historia gracias a su lamentable desempeño y a su largo historial de corruptelas y pifias.
Al mismo tiempo ha sido víctima de una persecución política, tanto en su estado natal de Campeche donde fue gobernador, como a nivel nacional por parte de miembros destacados del partido en el poder.
Moreno es un político extremadamente ambicioso y es capaz de jugar cualquier rol con tal de avanzar en su trayectoria como político.
Llegó al extremo de renunciar a la gubernatura de su estado en el 2019 para asumir la presidencia del PRI desde donde intenta ahora obtener la candidatura presidencial de su partido con miras a la sucesión del 2024.
La nueva gobernadora de Campeche, la morenista Layda Sansores, lo ha exhibido públicamente en las últimas semanas a través de audios telefónicas donde se escucha la voz de "Alito" quien habla de manejos ilícitos de varios millones de pesos.
Sansores lo ha acusado además de presunta defraudación y tráfico de influencias con bienes inmuebles que el estado de Campeche adquiría y luego los donaba a la madre del entonces gobernador Moreno.
Layda Sansores no se ha detenido en denostar a "Alito" a quien no baja de "rata" utilizando además grabaciones que a todas luces son ilegales.
En el 2019 el periódico Reforma informó que Alejandro Moreno poseía una residencia de 1,900 metros cuadrados con un valor superior a los 46 millones de pesos que fue construida cuando gobernaba Campeche con un sueldo anual de 5 millones de pesos.
A sus 47 años de edad, "Alito" ha sido diputado federal, senador, gobernador, dueño de varios medios de comunicación de Campeche y poseedor de una cuantiosa fortuna que según las evidencias la obtuvo gracias a sus cargos públicos.
Se trata, pues, de una auténtica fichita del priismo corrupto y rancio del pasado que ha logrado escalar y mantenerse en el poder a base de relaciones, influencias y su riqueza personal.
Pero todo tiene un principio y un fin, el PRI de Moreno registró pésimos resultados en las recientes elecciones de seis estados del país lo que provocó enorme descontento en las filas del tricolor.
Esta semana once ex dirigentes nacionales del PRI, además de ex gobernadores y líderes de los legisladores, se reunieron con "Alito" para leerle la cartilla y solicitarle su renuncia ante los escándalos de los audios y el fracaso del PRI en las elecciones recientes.
En agosto del 2019, cuando "Alito" llegó a la dirigencia del partido, los tricolores gobernaban doce estados, en 2021 perdió ocho a manos de Morena y el Partido Verde en tanto el pasado 5 de junio entregó Oaxaca e Hidalgo, dos históricos territorios del PRI.
No obstante la dolorosa realidad, Moreno se resiste a soltar las riendas del PRI y denuncia que todo es parte de una campaña del partido en el poder porque se negó a respaldar la reforma energética del presidente López Obrador.
¿Qué sucederá en los próximos días? No lo sabemos, lo cierto es que el PRI ha cavado su propia tumba al permitir liderazgos tan nocivos como el actual.
Pero además por ningún lado se observa a algún líder capaz de rescatar al otrora invencible de su peor momento en las últimas décadas. ¿Acaso algún ex presidente del tricolor cuenta con el talento y carisma para detener al PRI de esta caída libre? Obviamente no.
Por lo pronto y para el bien de la alianza opositora resulta urgente que Moreno renuncie a la dirigencia del tricolor, su permanencia podría significar el entierro definitivo del partido que gobernó a México durante más de setenta años.
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El aumento de tres cuartos de punto en las tasas de interés anunciado por la Reserva Federal de Estados Unidos no satisfizo del todo a los exigentes mercados bursátiles que ven una inflación incontrolable seguida de una recesión mayúscula. ¿Se acuerda usted cuando los enemigos de Trump decían que Estados Unidos recuperaría la bonanza económica con Joe Biden?
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