(el siglo de torreón / Fernando Compeán)
"Dios es el que sabe lo que llegue a pasar", dijo Rosy, vecina de la colonia César G. Meraz, donde el miedo de que la tierra se abra está latente, al encontrarse en una zona de riesgo por las abras que se han originado con el paso del Nazas por su cauce natural.
Ante la llegada del agua por el lecho del Nazas, es inevitable para los colonos de los sectores afectados, recordar la tragedia que se suscitó el 23 de agosto de 1991 en la colonia Emiliano Zapata de Lerdo, en donde la tierra se "tragó" a doña Consuelo Dávalos, al abrir se la tierra justo debajo de su cama. Su cuerpo jamás fue encontrado.
Ese es el temor más grande entre las vecinas de este sector, ubicado entre los límites con Gómez Palacio y a escasos metros del Nazas, y en donde por años se esperó la reubicación de las familias afectadas, la cual no se dio.
"No es la primera vez que pasamos por eso y aún así seguimos, porque es nuestra colonia y la queremos, si va a pasar el agua otra vez por el río Nazas sí nos preocupa un poco, pero ya estamos acostumbrados", dijo Martha Gallegos, con 44 años viviendo en la colonia César G. Meraz.
Su vivienda se encuentra sobre la avenida Nevado de Toluca casi esquina con Pirineos, a unos metros en donde la tierra se abrió y vio como se casi desapareció una casa en un abra. Aun se sorprende al recordarlo. El hecho dijo, hizo que la familia afectada buscara otro lugar más seguro donde vivir. El resto de los vecinos permanece en el lugar, como Martha.
Pero para Rosy el temor existe, sobre todo por los menores que estudian en la primaria Francisco Villa, la cual se mantuvo cerrada en el 2009 para evitar una tragedia, luego de que se presentaran una serie de abras en los alrededores.
También fue cerrado el Jardín de Niños Leonardo Da Vinci, razón por la que, cerca de 340 niños fueron trasladados a otros planteles. Aunque la escuela nunca presentó daños, el miedo de que se abra la tierra está presente. "Sí hay mucho temor, porque son criaturas que no tienen en su mente lo que llega a pasar. Yo sí vivo con ese miedo. Por eso pienso, si ya sucedió en este pedazo, claro que la tierra se va a ir acomodando donde falta. Ya no sé ni qué haría, mi esposo trabaja aquí, a mi niño como quiera podría cambiarlo de escuela" dijo angustiada.
Rosa María es otra de las vecinas preocupadas por la situación. Y es que su casa se encuentra sobre el bulevar Villa de las Flores, a unos metros de donde se registraron por lo menos dos abras, una de ellas la que le costó la vida a doña Consuelo hace más de 30 años.
"Estoy alrededor de varias, donde se fue la señora hace muchos años, yo tenía a mi hija recién nacida hace más de 30 años, me acuerdo y da temor", dijo la mujer con más de tres décadas habitando en el sector.
Y es que mencionó que cada vez que corre el agua por el lecho seco "es cuando se hacen los hundimientos", recalcó.
Los habitantes de este sector de la ciudad esperarán indicaciones de las autoridades para tomar las precauciones correspondientes.
En el año de 1991 fue cuando la tierra se "tragó" a Consuelo Dávalos de la colonia Emiliano Zapata.
