(ESPECIAL)
La volatilidad en el mercado de valores estadounidense, acuciada por la subida de los tipos de interés para reducir la inflación y los miedos a una recesión, han empujado a muchos inversores a buscar refugio en los Bonos del Tesoro, cuyo rendimiento se ha disparado a máximos no vistos en más de una década.
El rendimiento del bono a 10 años llegó a superar este lunes el 3.5 %, su mayor nivel desde 2011, mientras que el bono a 2 años acariciaba el 4 %, moviéndose en cifras no vistas desde 2007, según destacan varios medios especializados.
"Muchos inversores optaron por asumir riesgos en el mercado de valores porque no había rentabilidad disponible en ningún otro lugar. Ahora es el momento en que la gente piensa: ¿Realmente necesito correr ese riesgo?", aseguró la jefa de inversores de la firma Northern Trust Wealth Management, Katie Nixon, citada por el diario The Wall Street Journal.
Los bonos del Tesoro, normalmente con rendimientos bajos, están respaldados por el Gobierno federal, lo que ofrece unas altas garantías de retorno en un momento en el que los inversores se aplican con denuedo para intentar vislumbrar la dirección que tomarán las acciones.
Y es que los títulos de Wall Street han cerrado a la baja en tres de las últimas cuatro semanas y los tres principales índices de Wall Street amanecieron hoy en números rojos con la vista puesta en la próxima reunión de la Reserva Federal estadounidense, que este miércoles anunciará otra nueva subida de los tipos de interés.
La mayoría de los analistas anticipan que el banco central incrementará los tipos en 75 puntos básicos, como ya ha hecho en dos ocasiones anteriores, aunque algunos no descartan que esta subida sea de 100 puntos.
Tras decretar cuatro subidas desde marzo, la tasa de interés oficial de la mayor economía del mundo se ha situado en una horquilla de entre el 2.25 y el 2.5 %.