Adonai Escobedo (36) nació en Aguascalientes. Tiene licenciatura en administración de empresas y otra en educación física y deportes. Arbitra desde 2010 y en 2019 obtuvo su gafete FIFA. Adonai, en una forma hebraica, es uno de los nombres de Dios y significa “Mi Señor”. Bueno, pues el domingo jugó a serlo porque al expulsar al belicoso e irresponsable Fulgencio terminó con la paridad de fuerzas, que se acentuó cuando Nahuel decidió cambiar de papel y se puso el traje, a menudo usado, de actuar, engañar y fingir pero ya amonestado se fue, no sin antes dar un show.
El cansancio y las miserias, hacen a los jugadores dueños de un arsenal de trucos diversos, que se combinan con una muy natural capacidad para tratar de engañar al árbitro. Quiñones le hizo foul a Fulgencio pero este se defendió con su antebrazo dos veces y finalmente le acertó al rostro. Uno se divierte con los comentarios. Dijo Fonseca que solo era amarilla porque no había sido con el puño y otros, que era un forcejeo natural. Adonai fue al VAR y ratificó la expulsión.
En general, la TV trasluce la simpatía o el amor de los locutores por tal o cual equipo, cuando se supone que deben ser imparciales pero es una moda declarar sus amores en público, sin recato. Se ve que en general nuestro futbol se parece a la obra del gran pintor nórdico Edward Munch (1863-1944). Cuatro años antes de su muerte, los nazis invadieron Noruega y confiscaron gran parte de su obra, donde destacaba “El Grito”, un cuadro donde Munch, especialista en evocar la angustia, plasma pasiones y emociones que van desde el amor al odio. El futbol es así, pues en su euforia desatada, hace que hasta los profesionales expresen las emociones primarias del individuo.
El pensamiento no tiene límites y cuando nos pesan las malas noticias o la violencia , la fantasía es buena compañera, no solo por inspiradora y por meternos en una vida deseada, sino porque es capaz de darnos a conocer aspectos de nuestra propia personalidad y en ella uno ubica realidades que solo se presienten pero no se delatan, que son como vampiros pidiendo permiso para entrar
Una de ellas es que la Liga MX se está convirtiendo como en algunas europeas, donde solo mandan los mismos tres o si mucho, cuatro Y se da por el poder avasallador del dinero, donde su naturaleza es el espejo de una agitación interna. Estas diferencias dan paso y confieren a sus paisajes un gran dramatismo pues se viene dando lo que nunca, una división de jerarquías, una lucha de clases, como espejo mágico que refleja aspectos de nuestro convulso mundo interno.
Es un espejo también de lo que sucede en nuestra sociedad, donde el poder y el dinero son corceles que encabezan la manada y se nota doquiera, como un síntoma propio de estos tiempos. Aquí mismo Santos Laguna busca excusas para vender a altos precios y presiente una campaña en su contra, sin observar sus propios números ante una afición que pone cara de gente que está atrapada en las capas de una cebolla y mira el juego de un periodismo crítico y otro tolerante.
Si el presente ha maltratado a nuestra afición, el futuro les asusta y de pronto aparecen dentro de las generosas redes, nuevos periodistas, porque ahora cualquiera lo es, aunque varios de ellos seguramente que esta navidad recibirán como regalos, libros de gramática, redacción y ortografía. Son como narradores que se apoderan del relato en un reino de atmósfera lírica y extraña, Los fans locales saben que su equipo prefiere millones por sus estrellas y permanecer en el bando de los mediocres. Por ello mejor asistir al mundo de Edward Munch que dijo: “La naturaleza no es solo lo visible para los ojos. También son las imágenes interiores del alma”.