(ESPECIAL)
El líder opositor ruso, Alexéi Navalni, fue el enemigo número uno del Kremlin en tiempo de paz y lo sigue siendo en tiempo de guerra. La Justicia podría condenarle mañana, viernes, a otros 20 años de cárcel por extremismo.
"La condena será grande. De las que se llaman 'estalinistas'. Han pedido 20 años y me caerán 18 o algo por el estilo", señaló Navalni en un mensaje publicado en su canal de Telegram.
El opositor ha condenado desde la cárcel la "guerra criminal" emprendida por el presidente ruso, Vladimir Putin, al que acusó de enviar "al matadero" a cientos de miles de rusos.
EXTREMISTA POR DENUNCIAR LA CORRUPCIÓN
El juicio ha sido visto y no visto. Comenzó el 19 de junio y un mes después, tras varias vistas a puerta cerrada -con una honrosa excepción-, el fiscal pidió 20 años para el acusado.
Como es habitual, Navalni se lo tomó con filosofía y recordó que el objetivo de Putin es "amedrentar" a su pueblo para que no se atreva a salir a la calle a protestar.
En esta ocasión, el opositor, que cumplió 47 años hace un mes, es acusado de crear una organización extremista, el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), fundado en 2011 e ilegalizado hace dos años.
El FBK irritó sobremanera al Kremlin por que denunció el enriquecimiento ilícito de los altos funcionarios, incluido Putin, al que acusó en 2021 de tener un suntuoso palacio a orillas del mar Negro.
Además, también se le han imputado cargos por financiar e instigar actividades extremistas, crear una organización que atentó contra los derechos de los ciudadanos e involucrar a menores de edad en acciones peligrosas, en referencia a manifestaciones opositoras no autorizadas.
VARIOS DECENIOS ENTRE REJAS
Si nada ni nadie lo remedia, Navalni, que ya cumple una condena de 9 años de cárcel por estafa, podría permanecer entre rejas hasta mediados de siglo.
Navalni ha condenado duramente la campaña militar rusa en Ucrania, aunque su persecución comenzó mucho antes, especialmente después de que hiciera temblar en 2011 los cimientos del Kremlin al sacar a más de 100 mil personas a la calle para denunciar el fraude electoral.
En 2020, según el propio político, el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) decidió deshacerse definitivamente de él al envenenarlo durante un viaje a Siberia.
Después de varias semanas en coma y varios meses de rehabilitación en Alemania, Navalni regresó a su país, donde fue inmediatamente detenido y encarcelado.
A su vez, Navalni recordó hoy que aún debe ser juzgado por un tribunal militar por terrorismo, lo que podría acarrearle, según sus previsiones, otros diez años.
Según la oposición extraparlamentaria, Navalni no saldrá en libertad mientras Putin, que muy probablemente se presente a la reelección en 2024, siga en el poder.
LAS PROTESTAS NO CESAN
Navalni pidió hoy a sus correligionarios que no se rindan y que sigan protestando contra el Kremlin, aunque esa protesta sea silenciosa.
"No hay nada vergonzoso en elegir la forma más segura de la protesta. Es vergonzoso no hacer nada y dejarse intimidar", aseguró.
Por lo pronto, su equipo ha convocado una campaña mundial de protesta llamada "Putin, asesino" que transcurrirá el 20 de agosto con ocasión del tercer aniversario del envenenamiento de su líder.
"Miedo, violencia, asesinato, eso es lo que ha sostenido al régimen de Putin ya durante 20 años (...) Putin, asesino. Gritémoslo tan alto como sea posible", señala el anuncio.
Los correligionarios de Navalni llaman a sus partidarios a salir a la calle y también a grabar vídeos con el mensaje "Putin, asesino".
"Ahora Putin ha iniciado la guerra más terrible y absurda del siglo XXI contra un país vecino, en el que cada día mueren cientos y miles de personas", denuncian.