El mundo está lleno de fragmentos donde se confunden el amor y la indiferencia. El primero se vio latente entre los pocos fans que fueron al TSM el domingo, lo segundo está en los muchos que dejaron de asistir, porque el tiempo no es favorable y se van perdiendo la identidad, el placer por lo que muestra la realidad. La gente que antes tuvo un grito y una carcajada, ahora vemos que solo tiene para exponer, una lágrima. No les falta razón al ver las cartas de la memoria.
Fue todo como el día lluvioso, donde las gotas del cielo se confunden con la angustia de la gente, donde todos quisieran abrirle un lugar al afecto, para darle sitio al amor por la casaca verdiblanca, pero en realidad es tan difícil como lo es cambiarle la imagen a los vampiros, con todo y que cualquier momento es bueno para recomenzar, por más grandes que sean los obstáculos.
No se puede entender, mucho menos justificar, la actitud del joven Torres, internacional con su camiseta ecuatoriana, de ir a buscar al rival hasta el medio campo y darle una patada descalificadora que le dio tarjeta roja y que descompuso todo el plan trazado y con ello provocó el caos de su equipo. Hizo recordar que el futbol, el verdadero futbol, solo pasa por los jugadores.
La brújula del futbol que parecemos llevar incrustada en el cerebro, nos dice muchas cosas. Nos hace recordar los grandes momentos, cuando nos abrazamos todos, cuando nos dio por cantar como Gardel. También nos dice que si bien algunos tiempos pasados fueron mejores, este tipo de ajustes que nos brinda el juego, esta realidad tangible, nos enseña a conocer a la vulnerabilidad, esa que parecía archivada. Esa que delata las fichas de la ruleta de la vida que hoy nos sonrojan.
Hay que buscar también en las alforjas donde el árbitro Marco Antonio Ortíz dejó escapar la ira de su poder, pues a Brunetta lo cosieron a patadas los de Larcamón, turnándose para golpearlo y ante las protestas del argentino, le dio tarjeta amarilla e intencionadamente dejó de marcar faltas que le cometieron. Son reflejos del juego y de los caracteres humanos que no pueden cambiarse.
¿Cómo esperar el futuro inmediato? "Estamos trabajando" dicen los técnicos y no se duda de ello pero también se entra en posición donde las esperanzas se van achicando. Repetto tiene asesores que como él, son extranjeros, ahí le hizo falta desde su arranque con Santos un auxiliar que conociera bien al futbol mexicano, alguien que lo alertara, no todo son ver historias y videos.
Luego, cuando uno se refugia en el beisbol, huyendo de lo mediocridad de la Liga MX y también por afición, no faltaba más, debe asistir a la caída de un grande como Clayton Kershaw de Dodgers, pues la postemporada lo ha mostrado, al otrora superestrella en un declive que asusta a todos, pues solo sacó un out, le dieron los D'Backs seis hits para seis carreras en la primera entrada. Los críticos angelinos han calificado su salida como "vergonzosa". Pero no es tan solo eso, sino también la falta de Julio César Urías, el pitcher mexicano en desgracia por sus malas decisiones personales fuera del diamante. Hay quienes van contra las normas y ponen a miles al borde de la locura.
Cada persona es un mundo y la gente habla a través de sus obras. Los comunes, tienen la obligación de enfrentarse y luchar contra sus propios traumas. En los retratos de la vida, en sus altibajos, siempre retrata a dos, el que posa y el que dispara. La belleza, sin embargo, siempre existe. Asumamos que en lo peor y en lo más duro de vida, como siempre, habrá belleza.
Alejandro [email protected]