La población vive en la total incertidumbre de perder su patrimonio. (EL SIGLO DE TORREÓN)
No es normal lo que sucede en Zacatecas, en zonas limítrofes con Durango; la población vive en la total incertidumbre de perder sus bienes, de quedarse sin patrimonio, "sin temerla ni deberla''.
Así lo manifestó el arzobispo Faustino Armendáriz Jiménez, quien lamentó que el vecino estado se encuentre en una situación de "ríos de sangre".
Hay balaceras, fuego cruzado, vehículos quemados y demás situaciones que no son parte de una situación normal.
Eso no puede suceder en una sociedad civilizada que es custodiada por las instituciones responsables de cuidarla.
"La gente vive con total incertidumbre y perdiendo las pocas cosas que tiene. Vemos en las noticias como las familias se han quedado sin coches y sin propiedades, sin deberla, ni temerla", expuso.
Opinó que eso no es propio de una administración que esté haciendo su papel de cuidar a la sociedad; por eso, la Iglesia se solidariza con las personas que sufren y muestra su preocupación ante las autoridades competentes para que cuiden a la población.
Armendáriz Jiménez solicitó especial atención a los caminos que son utilizados para comunicar a las diferentes localidades ubicadas en los límites entre Durango y Zacatecas.
Descartó la existencia de parroquias que hayan tenido que cerrar por causa de la inseguridad y la violencia.
Por parte de la Arquidiócesis se promueven "conversatorios por la paz", una herramienta contra la violencia, particularmente en las parroquias de los municipios de Zacatecas.