(ARCHIVO)
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió hoy desde Somalia un "apoyo internacional masivo" para este país del Cuerno de África, que atraviesa graves "dificultades humanitarias" tanto por una intensa sequía como por los ataques del grupo terrorista Al Shabab.
"Estoy aquí para hacer sonar la alarma sobre la necesidad de un apoyo internacional masivo debido a las dificultades humanitarias a las que se enfrenta este país, para fortalecer la capacidad de seguridad de Somalia, y para su estabilidad y desarrollo", afirmó Guterres durante una rueda de prensa conjunta en Mogadiscio con el presidente somalí, Hassan Sheikh Mohamud.
"Aunque los somalíes prácticamente no han contribuido a la crisis climática, se encuentran entre sus principales víctimas", destacó el secretario general de la ONU, que recordó que las emisiones de gases contaminantes de Somalia sólo representan el 0.003 % de las emisiones globales.
La visita de Guterres -que cada año viaja durante el Ramadán a un país musulmán- se produce después de que la ONU pidiese a la comunidad internacional el pasado febrero 2 mil 600 millones de dólares para responder a las necesidades humanitarias de Somalia, que sufre la peor sequía registrada en el Cuerno de África de las últimas cuatro décadas.
Según la ONU, cerca de cinco millones de somalíes experimentan en la actualidad "niveles altos de inseguridad alimentaria aguda".
Sin embargo, la ONU sólo ha conseguido recaudar el 15 % de los fondos que necesita para Somalia, lamentó Guterres este martes.
Mohamud, por su parte, reconoció que es un "momento difícil" para su país y agradeció "profundamente" la solidaridad de Guterres y la ONU con el pueblo y el Gobierno de Somalia.
El presidente también señaló que, a pesar de los desafíos, Somalia "está progresando" y "liberando al país del azote del terrorismo internacional", después de que su Gobierno anunciase una "guerra total" contra Al Shabab el pasado agosto.
El Ejército somalí, apoyado por sus aliados, ha recuperado desde agosto un tercio de los territorios ocupados por ese grupo yihadista, según aseguró el embajador de Estados Unidos en Somalia, Larry André, el pasado marzo.
Pero Al Shabab, que se adhirió a la red terrorista Al Qaeda en 2012, sigue controlando zonas rurales del centro y sur de Somalia.
El grupo yihadista comete a menudo atentados en Mogadiscio y otros puntos del país para derrocar al Gobierno central -respaldado por la comunidad internacional- e instaurar un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador), al tiempo que ataca también a países vecinos como Kenia y Etiopía.
El país vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó a Somalia sin Gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.