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La primera visita de un presidente de Estados Unidos en casi una década a México se da en un contexto en que la 4T busca mejorar las relaciones bilaterales, aceptando migrantes deportados y conteniéndolos en la frontera, la apertura al diálogo económico en el marco de las controversias por el T-MEC y la detención de Ovidio Guzmán, entre otras cosas.
El arribo del presidente Joe Biden a Ciudad de México previo a la Cumbre de Líderes de América del Norte llega en momentos en que las relaciones bilaterales con el Gobierno federal simulan una mejoría.
En la antesala de la cumbre, el presidente Andrés Manuel López Obrador recibirá a su homólogo estadounidense en la Ciudad de México donde se prevé que se discutirán temas similares a los del martes, cuando el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, llegue a territorio nacional.
El combate al narcotráfico, principalmente el fentanilo y la agenda migratoria de Biden están en la mesa.
Washington también proyecta los vehículos eléctricos y a la producción industrial en su agenda, como parte de la campaña "Compre lo hecho en Estados Unidos".
Por su parte, López Obrador aspira a plantear que se desarrolle un plan regional de apoyo a la población en situación de pobreza del continente y se trate en términos de igualdad a todos los países latinoamericanos, esto luego de que en la Cumbre de las Américas se realizara un boicot liderado por México por exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Además, el Gobierno de México busca fondos para impulsar proyectos de energía solar y explotación de litio, esto pese a la controversia comercial.
Cabe recalcar que Estados Unidos y Canadá consideran que esos proyectos violan el acuerdo de libre comercio, T-MEC, al considerar que privilegian a las empresas estatales mexicanas frente a la iniciativa privada, más interesada en invertir en energías limpias.
La disputa entre Estados Unidos y Canadá con México en materia energética no avanza pese a que Raquel Buenrostro, secretaria de Economía, subrayó que se está acelerando la búsqueda de soluciones porque "cuanto antes se resuelva el tema de la energía, antes llegarán nuevas inversiones".
También se espera que Estados Unidos y México mantengan conversaciones sobre cómo poner fin a una disputa sobre el maíz transgénico, después de que el Gobierno López Obrador anunciara que prohibiría las importaciones de maíz genéticamente modificado.
Cabe recalcar que la relación entre Biden y López Obrador también es delicada, pues al ser protocolaria, carece de la calidez que el mandatario estadounidense muestra hacia otros líderes globales, o como la que el presidente mexicano mantenía con el exmandatario de EUA, Donald Trump.
Antes de viajar a la capital mexicana, Biden hará una escala el domingo en El Paso, Texas, para evaluar la crisis migratoria en la frontera común.