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El banco suizo UBS habría acordado comprar a su debilitado rival Credit Suisse por algo más de 2,000 millones de dólares, tras un fin de semana de intensas negociaciones entre los dos bancos, el gobierno, el banco central y la entidad reguladora para excluir la posibilidad de una debacle mayor del establecimiento, según el diario Financial Times.
Como parte del acuerdo, las partes involucradas habrían acordado una modificación de la legislación para evitar que esta decisión de compra sea sometida a voto de los accionistas de UBS.
El Ejecutivo suizo ha anunciado una rueda de prensa en las próximas horas, supuestamente con la intención de anunciar el acuerdo, para el cual el banco comprador le habría exigido varias garantías, en particular una cobertura para cubrir gastos relacionados con eventuales litigios.
Esta oferta duplicaría una que UBS habría hecho horas antes y que Credit Suisse habría rechazado por juzgarla perjudicial para el establecimiento y sus accionistas, ya que valoraba en 0.25 céntimos de franco suizo sus acciones, frente a los 1.86 francos a los que cerró en la sesión bursátil del pasado viernes.
La nueva oferta valoraría el título del que ha sido en las últimas décadas el segundo mayor banco del país -y que estuvo entre los diez más importantes de Europa- en algo más de 0.50 céntimos, menos de la tercera parte de su cotización bursátil más reciente.
Hace un mes, las acciones de Credit Suisse valían 2.77 francos y hace seis meses se cotizaban en 4.64 francos, aunque en ese momento su imagen ya estaba deteriorada por los resultados de gestiones deficientes, escándalos que pusieron en duda su reputación y litigios que le obligaron a pagar millonarias multas, en particular en Estados Unidos.
Todo ello llevó a que el banco perdiera más de 7,300 millones de francos (unos 7,900 millones de dólares) en 2022, año en el que empezó a perder clientela de manera importante y experimentó salidas de colosales cantidades de dinero, es particular en el último trimestre del año.
El préstamo de más de 50 mil millones de francos que la semana pasada el Banco Nacional de Suiza aceptó hacerle para calmar los mercados -considerando que su capital y su liquidez eran suficientemente sólidos- no tuvo el resultado esperado.