Barbie, carrera en tacones por la legitimidad

El 16 de diciembre de 2022, los amantes del cine de culto y del arte de las referencias bien hechas sonrieron con expectación ante el primer teaser de Barbie, una película que solo por su título no da mucha información, pero que despertó interés en todo el mundo desde que, meses antes, la actriz Margot Robie se presentara como la encarnación de la muñeca, en un automóvil convertible rosa, y que se filtraran fotografías de ella y Ryan Gosling con atuendos alucinantes en el set de filmación.

Las razones por las que esta cinta ha sido tan comentada mucho antes de su estreno varían, abarcando, por ejemplo, la trayectoria de su directora, Greta Gerwig, quien estuvo detrás de Mujercitas (2019) y Lady Bird (2017) y cuyo discurso ha sido catalogado de carácter progresista; o el casting, elogiado por la mayoría, aun con las críticas sobre la sobrada edad de Ryan Gosling para su papel. La lista es extensa, pero el trasfondo es sencillo: se habla de Barbie porque es tan importante para la cultura como cualquier personaje público. Transita en esas esferas porque los humanos le han dado ese poder.

VENUS DE LOS SESENTA

Ruth Handler, originaria de Denver, Colorado, es quien cofundó en 1945 el ahora emporio Mattel con su esposo, Elliot Handler, de Chicago, y Harold Matson, de Michigan. La empresaria solía percatarse de que su hija Barbara jugaba con muñecas de papel y soñaba con el tipo de mujer en la que se convertiría; probablemente en una exitosa, como se podría describir a la misma Ruth, quien decidió que debería haber una muñeca adecuada en la que las niñas pudieran proyectar sus mayores aspiraciones.

Esta historia es bastante romántica, considerando que hay otra versión en la que Ruth tomó la idea de una muñeca novedosa para adultos que había visto mientras estaba de vacaciones en Suiza. Sea lo que sea, la empresaria nombró a la muñeca “Barbie” en honor a su hija. El primer modelo se exhibió en marzo de 1959 en la Feria del Juguete Anual en la ciudad de Nueva York.

En el primer anuncio de televisión de Barbie, transmitido ese mismo año, una mujer con voz melodiosa, como todas las que se escuchaban en los comerciales de la época, canta desde la perspectiva de una niña, prometiendo que algún día será como Barbie: “Hasta entonces, sé exactamente lo que haré: Barbie, hermosa Barbie, haré creer que soy tú”.

Este nuevo juguete tuvo detractores, quienes aseguraban que nadie, excepto los degenerados, querrían jugar con una muñeca que tenía senos y cintura diminuta. De cualquier manera, se convirtió en un fenómeno global. Se vendieron trescientas mil unidades en el primer año de su lanzamiento.

En 1961, Barbie anunció que tenía novio: Ken, llamado así, quizás extrañamente, por el hijo menor de los Handler. En 1963, se supo de una mejor amiga: Midge, y, en 1964, de una hermana pequeña: Skipper. Su universo fue creciendo a tal grado que, en 2021, por ejemplo, Mattel produjo más de 86 millones de muñecas, lo que equivale a unas 164 por minuto.

Barbie se ha dedicado a permitir que las niñas sueñen. Es a la vez idealista y materialista, como lo es todo el mundo en realidad, y encarna una fantasía característicamente estadounidense.

EN EL CAMINO PARA HACERLO BIEN

Barbie pronto se convirtió en tema recurrente de la conversación cultural, a menudo escandalizando a los críticos de todo el espectro político (como lo hace todavía hoy en día). Existen, por ejemplo, feministas que la defienden y otras que la rechazan. En la Huelga de Mujeres por la Igualdad de 1970 en Nueva York, algunas manifestantes afirmaron su independencia con el cántico: “¡No soy una muñeca Barbie!”.

Sin embargo, la tendencia de Barbie siempre fue adoptar posturas progresistas: el mismo año que se aprobó la Ley de Vivienda Justa de 1968, Mattel presentó a Christie, una muñeca negra con un traje de baño (pasa que los trajes de baño eran más sencillos de elaborar a mano en Japón y encajaban excelentemente con la narrativa).

Aunque temblorosamente, el emporio rosa siguió presionando hacia la igualdad. Christie, aunque formaba parte del universo ampliado de la muñeca, no era ella misma una Barbie; pero, en 1980, Mattel presentó a la primera Barbie negra, diseñada por Kitty Black Perkins. Su caja decía: “¡Ella es negra! ¡Ella es hermosa! ¡Ella es dinamita!”

Cinco años después, Barbie ingresaría al mundo corporativo dominado por hombres, vistiendo un traje rosa que podía llevarla de la sala de juntas a una noche en la ciudad. Luego, en 1992, irónicamente, la versión Teen Talk pronunció mecánicamente: “¡La clase de matemáticas es difícil!”, atrayendo críticas por presentar a las adolescentes, especialmente a las blancas y privilegiadas, como tontas. Como contraparte, ese mismo año la muñeca fijó su mirada en el poder ejecutivo con Barbie para Presidente, vistiendo un vestido rojo, azul y plateado. Según Mattel, Barbie ha tenido más de 250 profesiones, una variedad impresionante que actualmente se promueve en los anuncios de la tan esperada película que se estrenará este mes.

Pero, incluso cuando Mattel ha lanzado modelos que apuntan hacia los derechos civiles y el feminismo, el ideal de belleza inicial continúa siendo un concepto dominante en la marca. Las muñecas rubias tradicionales siguen siendo más populares que sus contrapartes más diversas, incluidos los modelos que la compañía presentó en 2016 como una expresión de positividad corporal.

En Latinoamérica, las niñas y las adultas han soñado con las aspiraciones que Ruth pretendió para su creación, pero ha sido siempre a través de la Barbie rubia clásica, aun cuando existe una hispana. En la actualidad, hay varias mujeres que ejercen su feminismo a través de diferentes medios, denunciando la falta de conciencia del mundo sobre la inequidad, sin necesariamente desacreditar a la Barbie clásica.

BARBIE Y EL TITANIC

Una vez fuera de la caja, Barbie puede ser cualquier cosa, porque aunque hoy en día muchos modelos siguen proyectando una noción inalcanzable de la belleza o del éxito, estudiosos y terapeutas afirman que los niños suelen utilizar estas muñecas de formas sorprendentemente creativas, que no corresponden necesariamente con la intención de quien las diseñó. La gente sabe que Barbie ha engañado a Ken con Max Steel, o que ha llevado un vestido de novia hecho de papel higiénico y no diseñado por grandes de la industria de la moda.

En unos miles de años, cuando los arqueólogos del futuro encuentren vestigios de la civilización de este tiempo, posiblemente atesoren al Titanic y a Barbie, porque a su alrededor hay un mito, una dimensión política y cultural que tiene a los humanos esperando su película y, lo más importante: como todo lo que es patrimonio, siempre ha sugerido también un futuro.

Al fin y al cabo, una mujer estadounidense no llegaría al espacio hasta que lo hiciera Sally Ride en 1983, mientras que la Barbie Astronauta apareció en 1965. Con el tiempo, esta se convirtió en una representación de lo que fue. Al principio, sin embargo, demostró lo que podría ser.