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FIL Coahuila 2023

Benito Taibo, una mirada a la poesía

El escritor visitó Coahuila para presentar su libro de poemas Pasar inadvertido

Benito Taibo, una mirada a la poesía

Benito Taibo, una mirada a la poesía

SAÚL RODRÍGUEZ

Aventurarse en la poesía fue un acto suicida en medio de narradores. Benito Taibo atiende entrevistas en la sala de prensa de la Feria Internacional del Libro Coahuila 2023 (FIL Coahuila 2023). Ha presentado el libro Pasar inadvertido (Seix Barral), un poemario que reúne los versos de toda una vida. Pide que no se le trate de usted, gusta de expresarse con ironía y trata de explicar su andar por lo poético.  

Confiesa que a los doce años se volvió lector gracias a la novela: Balzac, Hemingway, Salgari, los narradores le hablaban por medio de las páginas. No obstante, la poesía habitó su hogar desde la infancia. Las maneras fueron diversas: sus padres recitaban de memoria poemas del Siglo de Oro a la mínima provocación, mientras que en la sala de su casa era común ver a Efraín Huerta, José Emilio Pacheco, Luis Rius (esposo de Pilar Rioja), etcétera. 

"Un día dije: '¿Para qué voy a competir contra dos narradores si la poesía es más corta?'. Ese fue mi primer pensamiento, muy torpe, porque es más corta y mucho más difícil. Es mucho más difícil escribir poesía que narrativa. Una línea puede estar rondando tu cabeza durante semanas y una página de una novela puede salirte en un par de horas o en un día". 

En palabras de Juan Gelman, los poemas de Benito Taibo están cargados de obediencia a la vida y desobediencia a este mundo.

Este libro contiene textos escritos entre 1978 y 2023. En la poesía, Taibo indica que no cuenta con un talento que le permita escribir en largo aliento, como los libros homéricos. Su poesía es más corta, resumida, más de impacto.

"La poesía es el alambique de las palabras. La poesía es el perfume de las palabras. Algunos dicen que a través de mi obra narrativa se nota que soy poeta. Yo agradezco mucho cuando dicen ese tipo de cosas. A los 16 años entré al taller de poesía del profesor Carlos Illescas, donde fui destruido por los mismos contemporáneos, que eran unos ojetes. Pero bien, todo aquello que no te mata te hace mucho más fuerte y ahí aprendí un montón de cosas importantísimas para encontrar las palabras necesarias".

Toda su vida ha intentado escribir una poesía clara, concisa, transparente, sin distraerse en metáforas o imágenes complejas. Dice desde sus demonios internos y externos, y cuenta el mundo desde la manera en que él pensaba. La poesía antigua emergió de las bocas de los rapsodas, cada quien contaba su propia versión. Taibo indica que así se vive este género: la poesía se amolda al mundo para intentar cambiarlo. 

En la introducción del libro, el autor relata la anécdota de cuando leyó un poema de Jaime Sabines frente a José Emilio Pachecho y lo hizo pasar como suyo. Señala que precisamente es de gran importancia que un lector se adueñe del poema que aparece ante sus ojos. 

"Antonio Skármeta, en su libro Ardiente paciencia, que luego se convirtió en algo llamado El cartero de Neruda, tiene una frase maravillosa: 'la poesía no es de quien la escribe, sino de quien la necesita'. Y es cierto, yo estoy habitado por poetas (ellos y ellas) que están constantemente en mi oído diciéndome: 'No sé quién soy con los ojos cerrados', decía Elena Garro. Entiéndeme, son frases y poemas completos que están dentro de mi cabeza y me acompañan. Me ilumino de inmenso, decía Giuseppe Ungaretti". 

Los poetas que habitan a Taibo y se imprimieron en las letras de Pasar inadvertido, recurren a las letras de José Emilio Pacheco, Jaime Sabines, Elías Nandino, Manuel Maples Arce, Rafael Alberti, Antonio Machado, Pablo Neruda, Rosario Castellanos, Elena Garro, Luis Rius, Pablo de Rokha, César Vallejo y Pedro Gafias.

Muy poco de lo que escribe a primera instancia sobrevive al texto publicado. Taibo es fiel a un consejo que le otorgó José Emilio Pacheco: "Alguna vez me dijo: 'Compra un lápiz muy grande, con una punta muy larga y del otro lado una goma mucho más grande'. Y he seguido su consejo. Escribo mucho y borro mucho, es la única manera de escribir poesía. El primer germen del poema sobre lo que va a ser, se convierte en otra cosa con el tiempo del tiempo, y a base de borrones, hasta las últimas consecuencias", finalizó.

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Escrito en: FIL Coahuila 2023

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