La rapera estadounidense Big Freedia (Nueva Orleans, 45 años) busca, en su primera visita a Cuba, que su estancia pueda 'abrir una puerta' para más colaboraciones artísticas entre la isla y Estados Unidos, históricamente enemistados, y un mayor vínculo entre los activismos LGTBIQ+.
La rapera estadounidense Big Freedia (Nueva Orleans, 45 años) busca, en su primera visita a Cuba, que su estancia pueda "abrir una puerta" para más colaboraciones artísticas entre la isla y Estados Unidos, históricamente enemistados, y un mayor vínculo entre los activismos LGTBIQ+.
En entrevista con EFE en la capital cubana, Big Freedia aseguró que también le gustaría buscar la manera en la que se pueda hermanar a La Habana con su natal Nueva Orleans para futuros proyectos.
"Veo al pueblo cubano como al de Nueva Orleans: resiliente. Las cosas por las que pasamos y por las que luchamos. Trabajamos duro y simplemente no nos rendimos", subrayó.
La artista, exponente del subgénero bounce -estilo del hip-hop nacido en Nueva Orleans- y quien colaboró en 2022 con Beyoncé en el sencillo ganador del Grammy 'Break my soul', aterrizó a inicios de esta semana en La Habana. Entre sus actividades programadas, mantuvo reuniones con colectivos cuir, intercambios con artistas locales.
Este sábado realizará un concierto en la icónica Fábrica de Arte Cubano.
"Creo que mi estancia aquí, para mostrar mi arte y aprender del pueblo cubano, definitivamente puede abrir paso a una ola de gente que venga a ayudarlos a través de la música y todo tipo de cosas. Necesitamos pensar cómo EUA y Cuba pueden trabajar de la mano", destacó a EFE.
De igual manera, la rapera hizo hincapié en que tanto los estadounidenses como los cubanos se acerquen y hagan a un lado las diferencias políticas entre los dos Gobiernos.
"La política... Hay que ponerlo a un lado. Al final del día todo esto afecta a la gente y estoy aquí por la gente. Se trata de la gente y cómo los podemos ayudar, cómo podemos ayudarlos a que tengan una mejor vida, una mejor sociedad, una mejor comunidad", concluyó.
La llegada de Big Freedia cae en un momento de contrastes en el país caribeño con respecto a los derechos de la comunidad LGTBIQ+. Por un lado, el año pasado la isla aprobó en un referendo el matrimonio igualitario y la adopción entre personas del mismo sexo.
Sin embargo, el anuncio de la visita -organizada por la embajada estadounidense en Cuba- trajo consigo críticas de activistas, quienes recordaron que entre los cerca de 1.000 personas encerradas tras las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021 hay integrantes del colectivo.
También remarcaron casos como el de la manifestante trans Brenda Díaz, quien cumple una pena de 14 años por "desórdenes públicos y sabotaje" y de siete meses más por "desacato" en la sección masculina de una cárcel cubana para personas con VIH.