De nueva cuenta, cuando llega noviembre cae una maldición en la Comarca Lagunera, la de la "Dama de Negro". La puesta en escena dirigida por el maestro Rafael Perrín, quien en esta ocasión también vino en su faceta de actor ofreció dos funciones en el Teatro Nazas, las cuales albergaron muy buena asistencia.
"Siempre que vamos es 'sold out'. Torreón es una de las casas oficiales de La Dama de Negro. Siempre es una alegría ir a visitarlos", dijo Perrín antes de venir a la región y no se equivocaba, pues el poder de convocatoria de La Dama de Negro se hizo evidente una vez más.
La primera función se programó a las 19:00 horas. Minutos antes comenzó el desfile de laguneros que querían sentir el terror, algunos ya habían visto el montaje; otros, era su primera vez.
Juan Carlos Sifuentes comentó que se sentía incrédulo en torno al pavor que presenta la historia, es por eso que compró su boleto. "Vine a ver si es cierto que da mucho miedo, vine a comprobarlo. Jamás la había venido a ver", comentó a El Siglo de Torreón.
En cambio, la señora Selena Sánchez contó que sería la tercera ocasión que vería La Dama de Negro. "Tuve el privilegio de verla por primera vez en el Teatro Alberto M. Alvarado de Gómez Palacio, ni más ni menos que con el maestro Germán Robles. Siempre es un deleite ver esta historia", explicó.
En esta ocasión, Rafael Perrín y Benjamín Rivero ofrecieron ambas funciones. El recinto, aún con luz, poco a poco se fue llenando en la primera presentación. Los espectadores llegaban ansiosos de ver a La Dama de Negro. Con el pasar de los minutos, las luces se apagaron siendo las 7:15 de la tarde. Así comenzó a caer la maldición en el Nazas. Rafael encarnó una vez más a "Arthur Kipps" un vendedor de una agencia de seguros. Su vida dio un giro de 180 grados cuando inesperadamente conoció a la llamada "Dama de Negro", desde su encuentro con ella el terror invadió cada minuto de su vida, motivo por el que se vio en la necesidad de buscar ayuda.
Al ser condenado a la maldición de ese extraño ente, "Kipps" encontró un respaldo en "John Morris" (Benjamín) un escéptico director de teatro, quien le ayuda a contar lo que le pasó con "La Dama" por medio de una obra, esto con el fin de alertar de alguna manera a sus familiares y amigos lo que pasa si ven a los ojos al ser de ultratumba.
"Las cosas terribles que me han pasado tienen que saberlas la gente", dijo "Kipps" a "Morris" en un acto desesperado que a la vez envolvía al público. El escenario del Nazas se transformó en una región inhóspita de Inglaterra, con todo y telarañas, así como muebles antiguos. Ahí, se hallaba la mansión de la famosa mujer, en donde muchas personas habían perdido la vida; de acuerdo con los protagonistas, cada vez que aparecía el espectro de la "Dama de Negro", un hijo o hija fallecía.
Conforme se llegaba al final de la obra, los diálogos y extraños ruidos, generaban más y más terror, provocando que algunos espectadores se estremecieran en sus asientos para luego reírse de nervios, y es que de igual manera hay momentos en los que "La Dama" aparecía y desaparecía entre las butacas.
Entre niebla y los gritos atormentados del espectro terminó este trabajo artístico hecho por mexicanos, pero inspirado en ingleses.
Los productores son Antonio Calvo y Carlos Bracho; la historia fue escrita por Susan Hill y adaptada por Stephen Mallatratt.
Al término de la primera función, Rafael agradeció a los laguneros su apoyo durante tantos años. "Dios te bendiga, Torreón", dijo antes de retirarse del entarimado.
