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Los agricultores ucranianos comenzaron la siembra con incertidumbre sobre las rutas de exportación que dependen del corredor de grano respaldado por la ONU y preocupados por el impacto de la guerra y la necesidad de desminar amplias zonas próximas al frente.
Un total de 16,000 hectáreas de tierra cultivable ya se han sembrado con cereales y legumbres, según el primer ministro, Denys Shmygal.
La campaña comenzó en la región sureña de Odesa pero se enfrenta a numerosos desafíos, sobre todo en Mykolaiv y Jersón, que por esta época del año deberían estar ya inmersas en trabajos intensos de siembra.
La estabilidad de las rutas de exportación sigue siendo el problema principal. El director general de la Confederación Ucraniana de Agricultores, Pavlo Koval, declaró que no hay rutas alternativas terrestres o por los puertos del Danubio que puedan sustituir a los tres puertos de la región de Odesa, por los que salieron desde agosto 24.4 millones de toneladas de grano hacia Europa, Asia y África.