El título de este Panorama, parece un contrasentido porque caos equivale a desorden, conflictos, confusión, revuelta, inestabilidad, desastre; por el contrario, institucional es lo estable, lo que está ahí, lo permanente, lo ordenado; lo que tiene estabilidad. La realidad no puede ocultarse por dura y difícil que sea. Tenemos que afrontarla.
La verdad es que, en México, las instituciones públicas y privadas están en crisis, situación que debe reconocerse y ponérsele remedio: poderes confrontados; el titular del Ejecutivo, que no ha dejado de ser presidente del Partido y aún sigue como candidato en campaña, en franco enfrentamiento con jueces, magistrados y ministros, específicamente en contra de la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en una lucha que los críticos ven como algo personal.
En la Corte ministros con tesis señaladas como plagiadas para obtener el título profesional; ministros que siendo jueces de primera categoría violan flagrantemente la Constitución, cuando es su deber y responsabilidad defenderla, pues tal obligación juramentó al rendir protesta del cargo; ministros que, sin rubor alguno, declaran ser militantes de tal o cual partido político, lo que significa pisotear la Constitución que expresamente prohíbe a los ministros militar activamente en política.
Organismos públicos sujetos a vigilancia por otra instancia o entidad, pero donde "curiosamente el vigilado pone o propone al vigilante"; situación en la que el titular del Poder Ejecutivo Federal, haciendo uso de su fuerza y su poder fáctico, cuestiona y descalifica la tarea del árbitro electoral, así como la normativa que lo regula, a pesar de que bajo su actuación y reglas de juego obtuvo el triunfo y alcanzó la presidencia de la República,El Poder Legislativo perdido en el debate hueco e intrascendente; diputados y senadores entregados a la discusión de temas frívolos de calidad doméstica, que nos recuerda a aquella serie de la televisión cubana "La Tremenda Corte", del actor cómico Candelario Tres Patines.
Dejan de lado asuntos serios y de importancia para subir a la tribuna más alta del escenario político mexicano sólo para descalificar, denostar, agredir, atacar, amenazar, al contrario, al rival político y a su partido, en lugar de presentar propuestas viables y factibles que solucionen los grandes problemas nacionales.
La Corte, hoy hostigada y vapuleada por el Ejecutivo Federal, fue la institución más respetable y prestigiada. En nuestros estudiantiles años en la Facultad de Derecho de la UNAM, veíamos el edifico de la Corte con admiración, era para nosotros un auténtico templo del conocimiento- jurídico, defensor de la Constitución y de los derechos que ésta consagra.
Hoy, vemos que a pesar de los esfuerzos que la actual presidenta de la Corte ha hecho para salvar su dignidad y proteger su independencia y autonomía con respecto al Ejecutivo, algunos de los ministros han incurrido en conductas que riñen con el espíritu ético del máximo tribunal del País.
Reprobados por la sociedad, varios de estos hechos han sido motivo de escándalo. El último que se conoce es el del ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. La Constitución establece que los ministros deben durar en su cargo quince años y que la renuncia sólo puede ser por causa grave. En franco desprecio hacia la Carta Magna, Larrea deja el cargo sin cumplir el tiempo reglamentario y sin exponer la causa que lo motivó. Presentó la renuncia al Ejecutivo, quien la encontró viable y la turnó al Senado para su aprobación.Y ahí está, por lo que mientras la Cámara Alta resuelve lo conducente, Lelo sigue siendo ministro, y no obstante seguir siéndolo se atrevió a declarar que renunciaba para incorporarse de tiempo completo a la campaña de Claudia, virtual candidata de Morena a la Presidencia de la República, a pesar de que la Constitución prohíbe a los ministros participar activamente en política, para ser congruente con mis principios y mi sentido de la ética".
El presidente celebró la renuncia de togado, aprestándose a proponer la terna para nombrar al sustituto, sólo que la Secretaria de Gobernación lo atajó diciéndole: "Esperemos a ver que dicen los senadores, señor Presidente".Visto desde otro ángulo el panorama, el Ejecutivo le quitaría a Claudia, si llega a ganar, la oportunidad y el derecho de proponer al nuevo ministro, actitud presidencial que confirma lo que dice la sabiduría popular: "Le trasmitió el bastón, pero retuvo el mando". Además, actuó precipitadamente o como se dice en el rancho: "Repartió las esquelas sin haber todavía difunto".
