Colectivo Yage invita a conocer la danza africana
Llegar a las raíces de la percusión y la danza africana les ha permitido conectar con horizontes de su propio espíritu. Fernando Abularach y Rocía Colunga son dos de los miembros del colectivo Yage Ensamble Percusiones, el cual durante aproximadamente seis años ha dedicado esfuerzos para que este tipo de expresión llegue a más personas.
“Nos llamó el yembé, el tambor africano. Son ritmos y danzas tradicionales. Mi instrumento data de 600 años antes de Cristo. Son cosas extraídas de la naturaleza, de donde proviene toda la salsa, la bachata, la cumbia, todo eso proviene de estos ritmos que nosotros tocamos”, comenta Fernando.
Mientras él y otros integrantes se enfocan al percusionismo, Rocío Colunga es maestra de danza y encabeza a un grupo de bailarinas que ha encontrado libertad a través de esta expresión corporal. “Como que algo nos llamó, algo me conectó con la danza afro, porque es como más orgánica. No es tan cuadrada como otras danzas, que ponen como límite, esta danza es como más libre”, añade Rocío.
Su principal campo de acción de Yage es la calle, el entorno urbano, pero también se han preocupado por impartir talleres. A su núcleo acuden alumnos y alumnas de todas las edades, casi siempre con problemas y pesares a sus espaldas, mismos que el ritmo africano es capaz de paliar con su ancestral antídoto sonoro. En ocasiones, esta vibración es capaz de llegar hasta el público durante las presentaciones, como si se respondiera de manera positiva a un llamado ancestral.
“Estamos tocando y de repente las señoras se levantan y empiezan a bailar. Ya traemos en la sangre esa ritmología”.
Clase magistral
El colectivo ha apostado por llevar su arte a los espacios culturales de Torreón. Una primera intervención acontecerá este domingo 8 de enero, a partir de las 12:00 horas, en el Museo del Algodón, donde ofrecerán gratuitamente una clase magistral de danza a todo aquel que busque tener acercamiento con los ritmos africanos.
“Vamos a dar una muestra gratis para todo el público, para que la gente se acerque. Esta disciplina está muy completa: haces cardio, tu espíritu de guerrero sale. El afro nos ha dejado que, cuando ya no puedes, es cuando más le tienes qué meter. Tocando dos horas sin parar entras en transe y es muy saludable”.