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La Comisión Europea recortó este lunes tres décimas su estimación de crecimiento económico para la eurozona este año, hasta el 0.8 %, debido principalmente al frenazo de actividad en Alemania, que se contraerá un 0.4 % en el presente ejercicio, y augura unos meses de ralentización.
Las previsiones económicas de verano del Ejecutivo comunitario, que en esta ocasión sólo incluyen datos de las cinco mayores economías del euro y de Polonia, apuntan a una expansión tanto de la zona euro como de la UE en su conjunto del 0.8 % en 2023, tres y dos décimas menos que el cálculo que la institución hizo en mayo.
Por otro lado, Bruselas estima ahora que la eurozona cerrará el año con una inflación del 5.6 %, mientras que el alza de los precios en el conjunto del bloque será del 6.5 %, dos décimas menos que el cálculo anterior en ambos casos.
"Los últimos datos confirman que la economía europea evitó la recesión el pasado invierno", celebró en una rueda de prensa el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, antes de señalar, sin embargo, que la actividad "se estancó en el segundo trimestre y las encuestas apuntan a un mayor debilitamiento en los próximos meses".
El documento explica que la debilidad de la demanda doméstica, y en particular del consumo privado, demuestra que "los elevados y todavía crecientes precios de la mayoría de los bienes y servicios están teniendo un impacto mayor de lo esperando en las previsiones de primavera".
Destaca al respecto la revisión al crecimiento este año de Alemania, locomotora económica de la eurozona para la que proyectaba en mayo una expansión del 0.2 % que ahora se ha traducido en una contracción del 0.4 %.
El PIB italiano también sufre un recorte de tres décimas, del 1.2 % de mayo al 0.9 % que proyecta ahora Bruselas, mientras que Países Bajos registra el mayor recorte, desde el 1.8 % hasta el 0.5 %. Polonia, único país fuera del euro recogido en esta actualización, ve disminuir su previsión del 0.7 % al 0.5 %.
España y Francia son las únicas economías de este grupo de cinco países con cambios al alza: del 1.9 % al 2.2 % en el primer caso y del 0.7 % al 1 % en el segundo.
Para Bruselas, la "pronunciada caída" del crédito bancario muestra que "la política monetaria contractiva está llegando a la economía" y avanza que la ralentización económica se prolongará durante los próximos meses debido a la "debilidad" de la industria y a la pérdida de impulso de los servicios, a pesar del buen rendimiento del turismo en algunos países.
"Se espera que este escenario de crecimiento débil en la UE se extienda a 2024 y que el impacto de la política monetaria contractiva continúe afectando a la actividad económica", señala la Comisión Europea, que sin embargo prevé un "leve" repunte en 2024 a medida que la inflación siga cediendo, el mercado laboral aguante y, en consecuencia, el poder adquisitivo de los hogares "se recupere gradualmente".
En efecto, Bruselas espera que el incremento de los precios el próximo año caiga hasta el 2.9 % en la eurozona y el 3.2 % en la UE, aunque los sitúa aun así una décima por encima de su cálculo anterior.
La expansión del PIB al cierre del próximo ejercicio sería del 1.6 % y del 1.7 %, respectivamente, sin cambios con respecto a las previsiones de mayo. En 2024, las seis mayores economías europeas registrarán crecimientos superiores al 1 %, salvo Italia (0.8 %).
No obstante, Bruselas reconoce que la guerra rusa contra Ucrania y las tensiones gopolíticas globales "siguen planteando riesgos y son una fuente de incertidumbre", a la vez que abre la puerta a que la política monetaria contractiva tenga "un mayor impacto de lo esperado" sobre la actividad.