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El Consejo Soberano de Sudán, máximo órgano ejecutivo del país, revirtió hoy la decisión tomada hace unos días por el Ministerio de Energía de subir los precios de la gasolina y el diésel debido a "las condiciones críticas que sufren los ciudadanos" en tiempos de guerra.
Uno de los miembros más destacados del consejo, Sham al Din Kabbashi, dijo en un comunicado que los precios de los carburantes se mantendrán en los niveles previos al estallido del conflicto entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), el pasado 15 de abril.
Según la nota, "la cancelación del aumento del precio del combustible se debe a las condiciones críticas que sufren los ciudadanos", puesto que el conflicto ha interrumpido gran parte de los servicios públicos, incluidos los hospitales, y ha provocado una gran escasez de alimentos, carburantes y otros productos básicos.
Kabbashi indicó que, además, la decisión del Ministerio de Energía fue tomada "sin el conocimiento" del departamento de Hacienda, y tampoco fue presentada durante la reunión del Consejo de Ministros.
El Ministerio de Energía sudanés anunció el pasado día 6 un aumento de los precios de la gasolina y el diésel, lo que fue el primer incremento de los combustibles desde el inicio del conflicto.
La gasolina aumentó de 0.97 dólares el litro a 1.05, mientras que el diésel de 0.97 a 0.98, en el marco de la revisión mensual de los precios de los combustibles de acuerdo con los precios internacionales de los derivados del petróleo.
La escasez de productos está abocando a millones de sudaneses hacia una catástrofe humanitaria, según diferentes organizaciones internacionales.
Además, todavía persiste la suspensión salarial de los empleados públicos debido a la interrupción de pago de las agencias estatales y la paralización de los bancos, por lo que el Gobierno no pudo pagar los salarios de unos 859 mil funcionarios.
El conflicto se inició después de que las FAR se revelarán contra el Ejército el pasado 15 de abril y, hasta el momento, la guerra ha dejado entre más de 1 mil y 3 mil muertos, según diferentes estimaciones, y ha obligado a casi a cuatro millones de personas a desplazarse dentro y fuera del país.