(CORTESÍA)
Las tendencias educativas y laborales apuntan al desarrollo de nuevas habilidades blandas, entre ellas la resolución de problemas, creatividad y resiliencia o facilidad de adaptarse al cambio en el contexto actual de incertidumbre.
Sin embargo, al momento de inculcar estas habilidades en los alumnos, las instituciones se enfrentan a retos como la inmediatez que ofrece la tecnología y los modelos tradicionales de educación.
“Para desarrollar la habilidad de resolver problemas hay que sumergirse en el tema de la creatividad. Podemos aprender a resolver problemas de una manera creativa cuando realizamos prácticas que nos atrapan y están relacionadas al arte, ciencia y tecnología…El desarrollo de la habilidad viene cuando combinamos estos tres conceptos”, explica Diana Ayton-Shenker, CEO de Leonardo/ISAST (Sociedad Internacional de Arte, Ciencia y Tecnología, por sus siglas en inglés).
Aunado a la resolución de problemas, está el tema del desarrollo de la creatividad que, según revelan investigadores en educación, se ha ido perdiendo entre los jóvenes. “A pesar de que ahora tenemos todo al alcance gracias al internet y las nuevas tecnologías, la chispa de la creatividad no la tenemos disponible tan fácilmente. Necesitamos desarrollar la creatividad y esta no se adquiere… es algo innato, algo con lo que naces. De niños todos somos creativos, pero vamos creciendo y nos aplastan esta habilidad. Ahora tenemos que despertarla, tenemos que cambiar la mentalidad y ser curiosos, imaginativos y estar en contacto con la naturaleza y otras personas”, dice Ayton-Shenker.
La pérdida de creatividad, según la también docente, podría atribuirse a un par de situaciones, una de ellas es el sistema educativo, industrial y social en el que el ser humano se desarrolla. “Estos sistemas tienen una mentalidad de escasez, explotación y extracción, y esto en la educación se traduce en que el conocimiento es escaso y solo viene de expertos, por ejemplo de un maestro; no obstante, en ese modelo tradicional (alumno-maestro-compañero de clases) no hay participación, por eso hay que cambiar esa mentalidad que tenemos de la educación y comenzar a pensar en la abundancia del conocimiento e información.
Sin embargo, el hecho de tener que adaptar a la actualidad los conceptos de alumno-maestro-compañero de clases no significa eliminar éstas figuras, significa reimaginar la educación. “Sí necesitamos modificarlos en el sentido de jerarquía, pero aun así necesitamos maestros, guías, estudiantes y compañeros. Es muy importante de entender es que nosotros podemos asumir cualquiera de esos roles, además debemos cambiar la estructura y la estrategia… con esto podemos lograr el éxito”, concluyó Diana Ayton-Shenker.