En agradecimiento a los favores recibidos, María Luisa junto con sus hijas, originarias del ejido La Unión, regalaron órdenes de tacos. (VAYRON INFANTE)
Para continuar con la tradición familiar, pero sobre todo para dar gracias por los favores concedidos por su intercesión a la Virgen del Perpetuo Socorro en su día, María Luisa Velázquez Domínguez organizó una reliquia muy diferente.
Y es que el platillo que ofreció no fue el tradicional asado rojo ni sus diferentes pastas, sino que fueron taquitos al pastor junto con su verdura, piña y sus respectivas salsas.
Lo que también la hizo muy diferente, fue que la reliquia no la organizó en su casa, sino a las afueras del templo del Perpetuo Socorro en Torreón, ubicado en el Centro de la ciudad.
Desde muy temprano, los taqueros se instalaron sobre la calle Falcón, a unos metros de la entrada principal del templo, para preparar el famoso trompo y las tortillas de taco para entregar.
María Luisa, quien se dice devota de la Virgen del Perpetuo Socorro, cuenta que fue su abuela, Petra Medina, quien inició con esta tradición de la reliquia en agradecimiento por los favores concedidos.
Sin embargo, una vez fallecida, la tradición no terminó, pero sí entró en una larga pausa.
Fue apenas en esta ocasión, que María Luisa decidió retomar la tradición familiar, también para dar gracias por la salud de una de sus hijas.
Compartió que fue el año pasado que su hija sufrió la pérdida de un bebé en su vientre, por lo que su madre le pedió a la Virgen su intercesión para que saliera bien librada de esta dura situación. Y así fue.
Fue entonces que María Luisa decidió cumplir, esto pese a que una situación similar se presentó nuevamente, pero no pospuso su compromiso.
"La Virgen te va a ayudar", fue lo que le dijo la madre también en medio del dolor que estaba viviendo su hija nuevamente, y salió de casa.
Para poder cumplir, María Luisa pidió un préstamo, pues no había tiempo ni para cocinar, además de que su salud ya no le permite guisar el asado para ofrecerlo a los fieles.
"Se presentó la oportunidad y aquí estamos", dijo emocionada, mientras los taqueros se preparaban para iniciar la entrega.
Previamente, el padre Lugardo Vicente Alonso Enríquez, responsable del templo, ofreció una oración y bendijo los alimentos.
SE REÚNEN
Poco a poco, las personas se fueron acercando para recibir una orden de tacos y un refresco de la mano de otra de las hijas de María Luisa, quien participó en la misa que se ofreció para los enfermos en el templo del Perpetuo Socorro.
Fueron cerca de 100 las órdenes que se repartieron a las afueras del templo, alegrando así el día para las personas que lograron regresar a casa con un plato para comer.
Y es que entre la fila que se fue haciendo en pocos minutos más grande, se podía ver a gente que vive de la caridad, así como franeleros, comerciantes y fieles en general.
Mientras los ahí presentes preparaban sus taquitos a su gusto, las hijas de María Luisa se veían emocionadas ante la mirada de sorpresa de quienes se acercaban a recibir el alimento esa tarde.
María Luisa, espera que con esta entrega, la tradición continúe en la familia, ya que la devoción ha ido creciendo.