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Verdad Amarga

De la Dictadura comunista de Salvador Allende

ENRIQUE SADA SANDOVAL

"Con el slogan de "mantener viva la memoria" la izquierda se apoderó del relato adulterando todo lo acontecido, ocultando sus miserias, inventándose a sí misma grandezas y satanizando a sus enemigos. Así muchos jóvenes votan a favor del regreso de ideas que ya fracasaron: la izquierda no le puede mostrar ni un solo ejemplo de gobierno exitoso tanto sea en el Siglo XX como en el XXI".

Con estas palabras Nicolás Márquez presentó en Chile su último libro: La Dictadura comunista de Salvador Allende en el enroque del rotundo "No" que el pueblo chileno dio-prefiriendo la Constitución de Pinochet-contra el proyecto retrógrada de Constitución planteado por el socialista Presidente Boric.

El autor de libros como El Libro negro de la nueva izquierda, con 220 páginas y más de 400 citas académicas y periodísticas irrumpió en la antesala del 50 Aniversario del Golpe Militar, desmontando por completo el mito del Allende vendido como "democrático, bueno y caritativo", exponiéndolo a la luz pública en carne y hueso.

Contradictorio hasta en su vida íntima, devoto del genocida Josef Stalin, financiado Desde 1947 por la KGB y cínicamente confeso del uso de la violencia y el doble discurso para alcanzar el poder y hasta para gobernar, Allende asumió la presidencia chilena de 1970 a 1973 pese a haber obtenido menos del 36% de los votos ante el abstencionismo del electorado chileno, lo cual le llevó a hacer falsas promesas para ser ratificado por el Congreso que requería una mayoría que no tenía para tomar posesión legal.

Una vez en el poder y traicionando todos sus acuerdos públicos-refiere Márquez-bajo el amparo y subsidio del totalitarismo soviético más el auxilio permanente de legiones terroristas autóctonas y cubanas, impuso a sangre y fuego un despotismo donde el crimen político de la mano de sus guerrillas era moneda corriente en contra de la población, impulsando la persecución a la prensa libre, encarcelando a sus opositores políticos e implementando-para beneficio personal y de su camarilla-el robo masivo de empresas, fundos e inmuebles contra ciudadanos y campesinos por igual, promoviendo el adoctrinamiento marxista en la enseñanza infantil, sin faltar las hambrunas generalizadas, el desabasto y la pobreza provocadas por su pésima Administración.

El descontento general y las manifestaciones contra el régimen fueron multitudinarias y la Dictadura perdió las elecciones de medio término, a pesar del enorme fraude efectuado que denunció y comprobó la Cámara de Diputados. Allende desatendió y despreció, además, las instituciones del Estado hasta 1973 cuando el Congreso, la Contraloría General de la Nación y la Corte Suprema de Justicia se pronunciaron todas de manera oficial contra la ilegalidad, inconstitucionalidad e ilegitimidad del ejercicio de su investidura, fijando que Allende era ya una suerte de invasor, un asaltante e intruso que desde el Poder Ejecutivo usurpaba lo que no le correspondía, por lo que urgieron su destitución pidiendo la intervención del Ejército, con el desenlace previsto por el autor:

"Arrinconado…el dictador Allende se encontraba en el lugar político más incómodo de su vida. El hartazgo popular era apabullante y sólo las milicias guerrilleras (calculadas entre 10 y 20 mil elementos armados según las distintas fuentes), más un puñado de adherentes dispersos, seguían consintiendo a la tambaleante dictadura de la Unidad Popular …y nadie del "pueblo" (al que tanto adulaba en sus demagógicos discursos a pesar de gobernar siempre en minoría) ni sus guerrillas salieron en su rescate cuando se produjo el Pronunciamiento militar en la histórica mañana del 11 de septiembre de 1973, el cual tras varias advertencias de rendición, no tuvo mayor remedio que atacar el Palacio de Gobierno (La Casa de la Moneda) en el afán de ponerle fin a esta triste y sangrienta aventura castro-comunista".

Abandonado por todos-empezando por sus financiadores en Moscú-escapó de sí mismo pegándose un tiro en el mentón con el fusil soviético que le había regalado su amigo y asesor Fidel Castro, huyendo de su responsabilidad histórica por el gran daño infligido a su país: tras su gestión Chile, junto con Haití, era el país más pobre y rezagado de América.

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Escrito en: Editorial Enrique Sada Sandoval editoriales

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