(AGENCIAS)
En la tercera "Marcha Nacional en Defensa de Nuestras Tradiciones y Empleos", asociaciones taurinas, de galleros, veterinarios y otros colectivos convocaron una multitud que se concentró en el Zócalo de la capital de México, donde se ubica el Palacio Nacional, residencia del presidente del país.
Una marcha de más de 5 kilómetros, con una presencia de más de 15.000 personas, según distintas estimaciones, llegó a la principal plaza pública mexicana reclamando libertad para la celebración de corridas de toros y peleas de gallos.
El pasado 31 de mayo, la Cámara de Diputados de la Ciudad de México aprobó una nueva Ley de Protección Animal y la cual prohíbe este tipo de actividades.
Recientemente, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador anunció su deseo de reformar la Constitución de México a nivel federal para regular y proteger la relación con los animales.
Al Congreso de la Ciudad de México se suman las prohibiciones de corridas de toros también implementadas en cinco entidades mexicanas, de las 32 del país.
En la capital mexicana, la celebración de combates entre aves no estaba permitida, pero la ley solo hacía referencia a las peleas de la misma especie, sin mencionar explicítame las peleas de gallos como ahora lo hace la nueva Ley de Protección Animal.
El presidente de Tauromaquia Mexicana, el ganadero Manuel Sescosse, expresó a EFE su “apoyo” al sector gallero representado en la marcha por asociaciones de distintos estados como Puebla, Hidalgo, Veracruz, Zacatecas, Aguascalientes, entre otros.
Sescosse manifestó estar “totalmente a favor de una ley de protección animal”, pero respetando el papel de aquellos animales que han tenido una función en la evolución y el desarrollo del ser humano, tanto natural como económica.
En este sentido también se manifestaron desde el Colegio de Médicos Veterinarios Zootécnicos de México, cuya presidenta Aida Beatriz Álvarez, declaró a EFE el malestar del gremio, ante la pérdida de la facultad de sacrificar animales.
La nueva ley entrega esta potestad a los llamados “rescatistas”, quienes pueden ser miembros de asociaciones civiles animalistas sin la preparación requerida.
Álvarez también expresó a EFE el desagravio del cual sienten han sido objeto, por parte de la comisión de bienestar animal de la legislatura local, que redactó la nueva legislación, ya que “no se tuvo en cuenta” la opinión de los científicos.
La marcha, de más de cuatro horas, contó con presencia de otros colectivos como trabajadores de circos y personas dedicadas a la cría y venta de ganado especializado o con negocios relacionados a la tauromaquia y la gallicultura.
La presencia mayoritaria de galleros, venidos desde sus localidades, provocó una marcha conformada por representantes de las grandes urbes como la capital mexicana, Aguascalientes, ambas en el centro del país, y Tijuana (Baja California), en el norte.
En la manifestación también se pudo observar a pobladores del campo mexicano. Una estampa rara de ver en las habituales concentraciones y marchas de la capital de México.