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Los fenómenos meteorológicos extremos han causado pérdidas equivalentes a 4.3 billones de dólares para la economía global en medio siglo, según datos ofrecidos por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El organismo con sede en Ginebra informó de que los 11 mil 788 desastres climáticos e hidrológicos acontecidos entre 1970 y 2021 causaron el fallecimiento de dos millones de personas en todo el mundo.
"Desgraciadamente, las comunidades más vulnerables se llevan la peor parte de los peligros meteorológicos", lamentó en un comunicado de prensa el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
Según los datos de esta organización -que es la portavoz de las Naciones Unidas sobre tiempo, clima y agua-, el 90 % de las muertes se produjeron en países en desarrollo.
Más del 60 % de las pérdidas económicas contabilizadas -y en gran parte cubiertas por seguros- afectaron a las economías más desarrolladas del planeta, especialmente a Estados Unidos, que perdió 1.7 billones de dólares a causa de los desastres climáticos en esos 51 años.
No obstante, para los países con las economías más fuertes, en el 80 % de casos esos desastres significaron pérdidas menores al 0.1 % del PIB.
En cambio, los países más vulnerables y los pequeños Estados insulares sufrieron costos desproporcionadamente altos en relación al tamaño de sus economías.
Por continentes, Asia es donde hubo el mayor número de muertes asociadas a eventos climáticos extremos, con 984 mil 263 fallecimientos (un 47 % del total mundial) en el periodo analizado.
La mayor parte de las veces, esos decesos fueron provocados por ciclones tropicales, siendo Bangladesh el país con la mayor mortalidad en Asia (520 mil 758 muertes en medio siglo).
En África, los desastres mataron a 733 mil 585 personas, en Europa provocaron 166.492 muertes, la mayoría a causa de olas de calor; y en América del Norte, Centroamérica y el Caribe causaron 77.454 muertes.
En Sudamérica, se han contabilizado 58 mil 484 muertes en desastres naturales, entre los cuales los más frecuentes han sido las inundaciones.
Pese a estos datos, la OMM reconoce que el número de muertes registradas por desastres meteorológicos ha ido descendiendo década tras década, y atribuye esto al mejor funcionamiento de los protocolos de alertas tempranas.