Algunos de los ejemplos más comunes de este tipo de violencia son sustracción, amenazas y maltrato de niñas, niños y adolescentes y hablar mal de las madres.
Durango está entre las ocho entidades que aún no reconocen de manera literal la violencia vicaria como un tipo de violencia contra las mujeres en su Ley local de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, junto con Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Jalisco, Querétaro, Tabasco y Veracruz.
Así lo establece un estudio realizado por la Dirección General de Análisis Legislativo del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República, que indica que sustracción, amenazas y maltrato de niñas, niños y adolescentes y hablar mal de las madres, son algunos de los ejemplos más comunes de este tipo de violencia.
En el documento se establece que "la Ley de las Mujeres para una Vida sin Violencia para el Estado de Durango no establece, de manera literal, la violencia vicaria como un tipo de violencia contra las mujeres. Este tipo de violencia tampoco se encuentra en el texto de la ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Durango, ni está tipificado como un delito en el Código Penal de la entidad, ni se ubica en el Código Civil, ni en la Ley para la Atención, Prevención y Erradicación de la Violencia Familiar".
"El Código Penal de esta entidad federativa no establece la violencia vicaria como un delito de manera textual; sin embargo, señala agravantes en el delito de sustracción de menores cuando el victimario sea un cónyuge o persona que no tenía custodia del menor, aunque no indica que es para hacerle daño al otro".
INVESTIGACIÓN
La investigación "La violencia vicaria Acciones desde el legislativo federal y local para su prevención y erradicación", elaborada por la investigadora Carla Angélica Gómez Macfarland, señala que también es común que se aproveche la presencia de los hijos e hijas para insultar a la madre, hablar mal de ella, humillarla y amenazar e interrumpir los tratamientos médicos o farmacológicos de los niños y niñas.
Según el estudio del IBD, la violencia vicaria ha aumentado en los últimos años, tomando en cuenta el comportamiento de la violencia familiar, que entre 2021 y 2022, registró un incremento de 14.09 por ciento en el número de víctimas. En este último año, se contaron 22,904 menores víctimas de violencia familiar.
La investigación destaca que en los últimos años se han reformado diversas leyes para atender este problema. Actualmente, el Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares reconoce a la violencia vicaria como un tipo de violencia contra las mujeres y ordena medidas de protección para las víctimas.
Adicionalmente, en la LXV Legislatura se han presentado 38 iniciativas de reforma a leyes secundarias relacionadas con la violencia vicaria, entre ellas para incorporar este concepto en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y el Código Civil Federal.
A nivel estatal, la violencia vicaria se encuentra regulada en más de 60 ordenamientos locales.