El Banco Mundial avisó este martes que el crecimiento en Europa en 2023 y 2024 se verá lastrado por una contracción de la economía rusa y la importante recesión que ha sufrido Ucrania este año como consecuencia de la invasión.
Con todo, el organismo espera que el crecimiento de las economías en desarrollo de Europa y Asia Central en 2023 se mantenga en un 0.1 %, casi plano.
Excluyendo a Rusia y a Ucrania, la región crecerá un 2.1 %, según las nuevas perspectivas de crecimiento del banco de desarrollo publicadas hoy.
"El panorama económico a corto plazo es especialmente incierto, con los riesgos de las predicciones base escorados hacia abajo", explicó la institución.
Uno de los principales puntos de fricción identificados por el banco son los mercados energéticos, que han sufrido disrupciones tras la invasión rusa de Ucrania.
El organismo advierte además que la subida generalizada de los tipos de interés para luchar contra la inflación han desalentado la actividad económica.
Ambos motivos han llevado a los analistas del Banco Mundial a rebajar sus perspectivas de crecimiento para el 80 % de los países de Europa y Asia Central, una situación que se agravará especialmente en la zona del Cáucaso con la desaceleración del crecimiento que se espera en China.
Las proyecciones del organismo asumen que la guerra en Ucrania se mantendrá como hasta ahora, al menos a corto plazo, sin escaladas de intensidad.
Según los analistas, Rusia se contraerá un 3.3 % en 2023, aunque volverá a crecer ligeramente en 2024, un 1.6 %.
Algo más halagüeñas son las perspectivas para Ucrania que, de mantenerse las cosas como están, crecería un 3.3 % este año. El organismo advierte, sin embargo, que el daño a las infraestructuras y a la tierra causado por la guerra lastrará el desarrollo económico en la zona a largo plazo.
Por último, las autoridades del banco de desarrollo estiman que Turquía crecerá moderadamente en 2023, un 2.7 %, impulsada sobre todo por un aumento del gasto público de cara a las elecciones de junio.