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No todos en la familia Kelce festejaron la noche del domingo en Phoenix, Arizona. Jason, el centro de los Eagles de Filadelfia, estaba devastado por la derrota de su equipo ante los Chiefs de Kansas City en el Super Bowl LVII.
En medio del confeti de color rojo y blanco y el centenar de personas festejando en el campo de juego el triunfo de Patrick Mahomes, estaba Jason Kelce con un mar de lágrimas cayendo por sus ojos.
Entre toda esa gente, apareció Donna Kelce, la madre que tuvo el corazón dividido y que, así como lloró de alegría por su hijo Travis, que consiguió su segundo anillo de Super Bowl, tuvo un momento para consolar y abrazar al hermano que esta vez le tocó ser el perdedor.
Con la chamarra separada en escudos de Chiefs y de los Eagles, se fundieron en un cálido abrazo que terminó con los dos llorando en el campo del State Farm Stadium.
Su hermano Travis, habló en entrevista y dijo lo siguiente: "No hay nada que puedas decirle a un ser amado en una situación como esa. Siempre bromeas con que quieres vencer a tu hermano en el gran escenario (Super Bowl), pero se siente raro. No hay nada más que pueda decirle, solo que lo amo y que jugó una temporada increíble".