El crecimiento del Colegio Bilingüe Robert Millikan
Desde hace ocho años, el Colegio Bilingüe Robert Millikan es dirigido por una nueva administración, una familiar, que busca dotar no sólo de una nueva oferta educativa, más amplia, sino también de una visión distinta a cada uno de sus estudiantes.
Cristina Vaquera Flores forma parte de esta administración, al ser nombrada directora académica del colegio, y es quien dio detalles a esta publicación sobre cómo los cambios aplicados han convertido a ésta en una institución de miras más amplias.
Por esa razón, la oferta inicial de la institución, que comprendía sólo los niveles iniciales de preescolar, se amplió para ofrecer a día de hoy primaria, secundaria y preparatoria. Esto se ve reflejado en sus instalaciones, que han crecido en tamaño y en diversidad, pues cuentan con áreas específicas para practicar deporte y para el esparcimiento de los estudiantes.
Además de esto, su sistema educativo cambió para hacerse bilingüe en todos sus niveles. Ahora la mitad de las clases se ofrecen en inglés, mientras que la otra mitad se hace en español. La finalidad de promover este idioma es preparar a sus estudiantes para que puedan competir en un mundo globalizado, en el que se enfrentan a situaciones, ya sea dentro o fuera del país, en el que se el idioma puede ser un reto. Además, esto aumenta sus posibilidades, en un futuro, de insertarse en el mercado laboral.
Cristina Vaquera Flores consideró que todos estos esfuerzos responden a que los alumnos se sientan bien en la escuela, al mismo tiempo de que obtienen una formación de calidad.
“Nuestra visión es que los alumnos tengan una buena educación, que vayan contentos en la escuela, que estén contentos, pues es su segunda casa por el tiempo que pasan aquí; también que estén seguros y con bienestar”, dijo.
Del mismo modo existe el interés de la educación les brinde herramientas para la vida. Por eso se cuentan con varias estrategias, como sacarlos a visitas guiadas, culturales, a sitios que los sensibilicen, así como centrar sus lecciones en situaciones que puedan ubicarse en la vida cotidiana, para que vean cuán útiles son los conocimientos que adquieren en la institución.
“Tratamos de que todo lo enseñado a los niños esté basado en la vida diaria, para cuando les toque enfrentarlo, sea lo que han vivido en la escuela. Y puede ser algo sencillo, como ir a la tienda, para que sepan en qué contexto se aplican sus conocimientos”, dijo.