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La movilidad enfrenta una nueva era de innovación. Las tendencias regionales al respecto indican los cambios extremos que pueden ocurrir en este sector para el año 2035. El desarrollo de nuevas tecnologías y la aparición de nuevos equipos de transportación son constantes. Este flujo de soluciones innovadoras enfrenta el reto de resolver el congestionamiento de calles y avenidas y todos los países sufren este problema. En Múnich, los conductores gastan en promedio 87 horas en el tráfico cada año. En Los Ángeles el tiempo gastado en tráfico era 119 horas antes de la pandemia, cuando había más congestionamiento.
A nivel mundial hay 1,300 millones de vehículos y muchos de ellos son de propiedad privada. En los Estados Unidos existen 868 vehículos por cada 1,000 personas, 635 en Noruega y 391 en México China solo tiene 219 vehículos por cada 1000 habitantes y, aun así, esto significa 300 millones de vehículos.
Los vehículos privados son los que contribuyen más a los congestionamientos porque típicamente mueven pocos pasajeros por vehículo, comparados con el transporte público y otras opciones. A pesar del reciente incremento de los servicios de transporte compartido, los vehículos privados son los que provocan más congestionamientos.
Las investigaciones muestran que los vehículos privados se usan en el 45% de todos los viajes, el 22% se mueve en transporte público, o en lo que se conoce como micro movilidad -patines del diablo eléctricos, bicicletas (algunas son eléctricas) 16%-, viajes compartidos y taxis 2%, otros vehículos pequeños tales como robot taxis, 1% y caminar 14%.
El congestionamiento vehicular provoca algo más que frustración en quienes manejan, también obliga a construir más estacionamientos y a usar espacios urbanos valiosos que pudieran ser destinados a parques. Los Estados Unidos, uno de los países más dependientes de los automóviles, tiene ocho lugares de estacionamiento por cada 3 autos. Además, la expansión de carreteras y otras infraestructuras relacionadas con la congestión, obligan al gobierno a gastar más en mantenimiento y operación, y lo más crítico: los autos particulares contribuyen a aumentar las emisiones de carbón.
En los próximos diez años, el ecosistema de la movilidad tendrá una transformación nunca vista desde los primeros días de los automóviles, y una parte de esa transformación será la disminución drástica del uso de los autos privados.
Los gobiernos de los países desarrollados están promulgando regulaciones para reducir el número de vehículos para evitar congestionamientos y reducir las emisiones de carbón y los consumidores están optando por otras formas de transporte más eficientes y convenientes y que no contaminen. Al tiempo que la tecnología avanza, surgirán aún más opciones de transporte incluyendo los robot taxis, minibuses compartidos, de cuatro a ocho asientos y los taxis aéreos urbanos. El resultado de todos estos cambios será un ecosistema de movilidad más inteligente y amigable con el ambiente.
Los consumidores están entusiasmados con estos cambios. El Centro McKinsey para la Movilidad Futura conduce una encuesta anual que cubre cuatro áreas: manejo autónomo, electrificación, conectividad y movilidad compartida. Muchos respondieron estar abiertos a cambiar sus hábitos de transporte. Un 30% planea incrementar el uso de la micro movilidad -patines del diablo y bicicletas eléctricas, o usar movilidad compartida en los siguientes diez años. El 46% están abiertos a reemplazar su vehículo privado por otros medios de transporte. Además, la mayoría está dispuesta a usar vehículos compartidos hasta con tres compañeros.
Detrás de todos estos cambios está el deseo de una experiencia de movilidad más placentera. Un viaje rápido en metro mientras se lee un libro evita una hora de tráfico en automóvil. Otros resultados de la encuesta muestran que, respecto a la sustentabilidad, el 46% ya han cambiado a mejores marcas o productos y el 16% planea hacer cambios considerables para promover la sustentabilidad.
Desde el año 2020 el sector de transportes aportó el 20% de las emisiones de gases y de ello, más del 40% proviene de los autos privados. Para promover el transporte verde, más de 150 ciudades han implementado medidas para disminuir el uso de autos privados y dar incentivos financieros para quienes usen movilidad mas amigable con el medio ambiente. Lo anterior se hace en China, Francia, Alemania, Noruega, Reino Unido y Estados Unidos.
En China existe el Plan Beijing para la Red de Transporte, están expandiendo su sistema de metro para alcanzar un total de 1,625 kilómetros para el año 2035. La ciudad está dando pasos para asegurar que el metro mueva el 27% del tránsito público.
Francia fue el primer país que prohibió el uso de aviones en donde hay disponibles medios de transporte alternativos de dos horas y media o menos. La alcaldesa de París Anne Hidalgo, anunció un plan para crear una "Ciudad de 15 minutos" -una ciudad en la cual los residentes puedan realizar seis funciones esenciales llegando a ellas dentro de quince minutos saliendo de sus hogares -vivir, trabajar, comercio, salud, educación y entretenimiento-.
En Alemania, para reducir el uso de autos privados, se inició un programa piloto para crear carriles para bicicletas y, además, dar boletos de transporte público por un año a los residentes que vendieran su auto. Planean iniciar la oferta a nivel nacional de un boleto de 49 euros -aproximadamente $950 pesos- para el transporte público local y regional. Múnich ofrecerá a sus empleados este boleto gratis.
La movilidad compartida está en aumento, los consumidores buscan opciones de transporte que sean convenientes, de bajo costo y sustentables. Este segmento podría generar a nivel mundial un trillón de dólares para el año 2030.
Fuente de referencia: McKinsey & Co. Kersten Heineke, Nicholas Laverty, Timo Möller y Felix Ziegler.[email protected]