El 4 de octubre, días antes de la guerra total del gobierno de Israel contra el pueblo palestino, el papa Francisco publicó su exhortación apostólica "Laudate Deum", que actualiza la Carta encíclica "Laudato sí", y alerta sobre la aceleración de la crisis climática, la inacción política y los intereses económicos, "mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre".
Francisco subraya: "las negociaciones internacionales no pueden avanzar significativamente por las posiciones de los países que privilegian sus intereses nacionales sobre el bien común global".
Reitera que la culpa no es de los pobres: "La realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50 % más pobre de toda la población mundial".
"Ciertos diagnósticos apocalípticos suelen parecer poco racionales o insuficientemente fundados. Esto no debería llevarnos a ignorar que la posibilidad de llegar a un punto crítico es real. Pequeños cambios pueden provocar cambios mayores, imprevistos y quizás ya irreversibles, debido a los factores de inercia. Así se terminaría desencadenando una cascada de acontecimientos que se precipiten como una bola de nieve. En un caso así siempre se llegará tarde, porque ninguna intervención podrá detener el proceso ya iniciado. De allí no se regresa", advierte Francisco, por lo que cuestiona el "paradigma tecnocrático" y el "crecimiento infinito".
Ante esta crisis sin precedentes, Francisco finaliza que "es apremiante prestar atención a otros efectos que probablemente ni siquiera podían imaginarse un siglo atrás. Se nos pide nada más que algo de responsabilidad ante la herencia que dejaremos tras nuestro paso por este mundo".
Antes de la exhortación papal, la Organización Meteorológica Mundial alertó que el planeta sufre un calentamiento terrestre y marino sin precedente desde junio, con anomalías de temperatura "nunca antes vistas".
El mes pasado fue el septiembre más cálido del que se tiene registro.
La justicia climática no puede esperar. En México se registra una sequía sin precedentes, agravada por el saqueo tolerado a sobreexplotadores y acaparadores de agua.
Han pasado ya ocho años desde que el papa Francisco publicó la Carta encíclica Laudato sí, cuando quiso compartir sus más sentidas preocupaciones sobre el cuidado de lo que llamó la casa común.
Pero con el paso del tiempo -nos dice- advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre. "Más allá de esta posibilidad, es indudable que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas. Sentiremos sus efectos en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas, etc."
"Por más que pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes", ha dicho Francisco en su nueva exhortación apostólica.
-Nadie puede ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra que son sólo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos.
Al explicar que ya no se puede dudar del origen humano -"antrópico"- del cambio climático, explica Francisco que mientras escribía Laudato sí alcanzó el máximo de la historia -400 partes por millón de dióxido de carbono- la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, que por ese efecto provocan el calentamiento de la tierra, hasta llegar en junio de 2023 a 423 partes por millón. "Más del 42 % del total de las emisiones netas a partir de 1850 se produjeron después de 1990".
"En Laudato sí ofrecí un breve desarrollo acerca del paradigma tecnocrático que está detrás del proceso actual de degradación del ambiente".
"Durante los últimos años hemos podido confirmar este diagnóstico al mismo tiempo que hemos asistido a un nuevo avance de dicho paradigma. La inteligencia artificial y las últimas novedades tecnológicas parten de la idea de un ser humano sin límite alguno, cuyas capacidades y posibilidades podrían ser ampliadas hasta el infinito gracias a la tecnología. Así, el paradigma tecnocrático se retroalimenta monstruosamente".
Francisco hace un llamado a "repensar nuestro uso del poder" y pregunta: ¿Qué se espera de la COP28 de Dubai?
La COP28 está prevista para realizarse del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 en un país del Golfo Pérsico gran exportador de energías fósiles.
"Si hay un interés sincero en lograr que la COP28 sea histórica, que nos honre y ennoblezca como seres humanos, entonces sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente".
De lo contrario, será una gran decepción.
@kardenche
