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El nearshoring no es el mundo de Barbie

ARTURO GONZÁLEZ GONZÁLEZ

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, México puede obtener 35,278 millones de dólares adicionales al año de inversión extranjera gracias al nearshoring. Esta cifra coloca a nuestro país con el mayor crecimiento potencial en atracción de inversiones en América Latina, seguido muy de lejos por Brasil, con 7,844 mdd. Es decir, México puede atraer un volumen adicional de dólares casi cinco veces más grande que la otra potencia de la región. Y es así no sólo por la cercanía de México a Estados Unidos, sino, sobre todo, por la existencia del Tratado México-EUA-Canadá, que es un tratado de integración económica,mucho más que un acuerdo de libre comercio. Pero México posee ventajas adicionales como su potente mercado laboral con cada vez más mano de obra calificada, atractivos de localización para industrias, experiencia en manufactura avanzada, un mercado de consumo interno en expansión y cadenas de proveeduría bien establecidas.

El nearshoring es el fenómeno de relocalización de cadenas de suministro y producción de países lejanos a territorios más cercanos al mercado destino. No es un fenómeno nuevo, pero ha adquirido en los últimos años un empuje renovado debido a varios factores que ya he analizado en este espacio: tensiones geopolíticas entre EUA y China, con una guerra comercial y tecnológica de por medio; la pandemia de COVID-19, que evidenció las vulnerabilidades de las cadenas de suministro globales; la proliferación de conflictos globales estratégicos, como la guerra en Ucrania y ahora en Palestina, y la creciente tensión en Taiwán; una nueva estrategia de EUA para redefinir la globalización a su favor, lo que ha llevado al reajuste consciente de las de producción y suministro.

También he hablado en este espacio de las ventajas que conlleva la relocalización de cadenas productivas desde territorios lejanos a espacios más cercanos al gran mercado de EUA, por ejemplo: un menor riesgo geopolítico; cadenas productivas más cortas y manejables; cercanía con el mercado destino; costos logísticos y de transporte más bajos; menor riesgo climático y ambiental; facilidad de comunicación y control de calidad, y mayor cumplimiento normativo y afinidad cultural. Pero el nearshoring no es el mundo de Barbie. Y así como significa ventajas relevantes, también enfrenta y genera desafíos. Veamos algunos de ellos.

Uno de los desafíos del nearshoring es la competencia que puede surgir con el onshoring. Mientras que el nearshoring implica llevar ciertas operaciones de producción más cerca del mercado destino, el onshoring plantea la reubicación completa de la producción en el país de consumo. En algunos casos, las empresas pueden verse enfrentadas a la difícil decisión de elegir entre estas dos estrategias. Sin embargo, es importante destacar que el onshoring y el nearshoring también pueden complementarse, ya que se enfocan en objetivos y ventajas diferentes.

Otra desventaja significativa del nearshoring es que, en comparación con el farshoring, puede resultar en un aumento de los costos de producción. Cuando las empresas trasladan sus operaciones de producción a ubicaciones más cercanas al mercado destino, es posible que enfrenten costos laborales y de insumos más altos en comparación con países de bajo costo de mano de obra en el extranjero. Esto puede impactar en la rentabilidad a corto y mediano plazo, especialmente si las empresas no logran aumentar sus precios de venta o mejorar la eficiencia operativa para compensar estos costos adicionales.

El nearshoring puede encontrarse con limitaciones en términos de disponibilidad de habilidades y talento especializado en algunas regiones cercanas. Ya está ocurriendo en algunas regiones de México. Si una empresa busca ciertas capacidades técnicas específicas que no están fácilmente disponibles en la ubicación de nearshoring elegida, puede enfrentar desafíos para mantener la calidad y la eficiencia en sus operaciones. Esto significa que las ciudades o estados que aspiran a recibir inversiones deben trabajar en ajustar planes de estudios de carreras técnicas o profesionales para orientarlos a la vocación industrial que se pretende impulsar dentro del nearshoring.

El nearshoring también implica una mayor dependencia de la estabilidad política y económica de la región de nearshoring. Si se producen disturbios políticos, conflictos internos o problemas económicos en la región, las operaciones de la empresa pueden verse afectadas. Esto puede introducir una mayor incertidumbre en comparación con el farshoring en ubicaciones más alejadas y geopolíticamente estables. Un caso típico que ilustra este problema es la debilidad del Estado de derecho en México y la inseguridad provocada por el crimen organizado en amplias regiones del país.

A medida que las operaciones de nearshoring se afianzan y profundizan en una región, es posible que los costos laborales en esa área comiencen a aumentar a medida que la demanda de empleados cualificados crece. Esto puede erosionar gradualmente algunas de las ventajas iniciales de costos más bajos asociadas con el nearshoring. A la par, el costo de la vida se incrementa en la ciudad que desarrolla el nearshoring, lo cual puede provocar un incremento en las desigualdades sociales si los gobiernos locales no actúan para equilibrar el desarrollo.

El nearshoring, al estar más cerca de un mercado destino específico, puede limitar la diversificación geográfica de las operaciones de una empresa. Esto significa que las empresas pueden ser más vulnerables a las fluctuaciones económicas y a los cambios en la demanda de ese mercado en particular.

Una desventaja adicional del nearshoring es la presión que puede ejercer en las ciudades en términos de servicios, desarrollo inmobiliario y movilidad. Cuando las empresas trasladan sus operaciones a áreas urbanas o cercanas a ellas, aumentan la demanda de servicios públicos, como energía, agua, transporte y servicios de saneamiento, lo que a su vez puede generar presión en la infraestructura existente. Además, la demanda de bienes raíces y espacios de oficina puede aumentar los precios de alquiler y la competencia por el uso del suelo, lo que puede afectar tanto a empresas como a la vivienda de la población local.

Como podemos ver, aunque el nearshoring ofrece ventajas estratégicas, también presenta desafíos y desventajas importantes. Las empresas deben evaluar cuidadosamente estas desventajas en el contexto de sus objetivos comerciales y considerar cómo equilibrarlas con las ventajas del nearshoring. Y los gobiernos de los distintos niveles en México tienen la obligación de sentar las bases para que el proceso de relocalización de inversiones se dé de la forma más ordenada posible, con el menor impacto negativo para las ciudades y el mayor beneficio para la sociedad en general.

@Artgonzaga

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