El rol de los abuelos en las familias mexicanas
Las y los abuelos representan la sabiduría. Las experiencias que han vivido enriquecen cualquier reunión familiar. A través de sus pláticas transmiten costumbres, valores y tradiciones a sus descendientes. Sin embargo, dependiendo del contexto, pueden ser o no una figura de aceptación incondicional para sus nietas y nietos, o bien, sobreinvolucrarse en el estilo de crianza desempeñando un rol que no les corresponde, sin saber las consecuencias negativas de sustituir a los padres.
Socialmente se les atribuyen cualidades y comportamientos a los abuelos. Una de sus tareas principales en la actualidad, la cual se observa con gran frecuencia, es la de ser cuidadores casi de tiempo completo debido a la ausencia de los padres biológicos, ya sea por motivos laborales, porque son aún adolescentes o porque se trata de una familia monoparental.
Lo ideal es que la función de los abuelos sea la de proveer un espacio de amor incondicional para sus nietas y nietos, así como compartir y transmitir valores como el amor, ternura, respeto, tolerancia y sabiduría. A través de sus pláticas, pueden llegar a enseñar cuestiones vitales de forma fascinante, pero cuando sustituyen de alguna manera a las figuras parentales, tomando responsabilidades que no les corresponden, existe el riesgo de generar conflictos en el sistema familiar.
CUIDADORES PRINCIPALES DE LOS NIETOS
Si los abuelos son quienes pasan la mayor parte del tiempo con los nietos, pueden sentirse con derecho de involucrarse directamente en el estilo de crianza, tomando decisiones sin consentimiento de los padres acerca del cuidado, imagen o alimentación que a su consideración sea el mejor para los niños. El conflicto surge cuando hay desacuerdos porque los padres no se sienten tomados en cuenta.
Por otra parte, en estos casos el encuentro que podría ser sólo de disfrute entre nietos y abuelos, se convierte en un trabajo que requiere tiempo, esfuerzo y energía. Generalmente el rol de cuidadores que desempeñan algunos abuelos no es remunerado, y es por eso que cuando los padres intentan poner límites, corren el riesgo de dejar de contar con el apoyo que les brindan al cuidar a sus hijos.
Para promover un buen desarrollo emocional es importante que entre padres y abuelos establezcan acuerdos en el estilo de crianza, que eviten discutir temas de límites delante de los menores, y que exista armonía y coherencia en las decisiones. De esta forma, los niños y niñas aprenderán el respeto hacia sus principales figuras de autoridad, el cual es un valor que se transmite a través del ejemplo. El amor y el respeto se encarnan y se ejercen. Tanto abuelos como padres deben estar en el mismo canal y apegarse a los límites establecidos para no quitar valor a la palabra de ninguna de las partes.
También es importante comprender que los abuelos no tienen la obligación de estar siempre disponibles para sus hijos, pues tienen derecho a disfrutar su tiempo y sus espacios personales. Si eso provoca molestia por no poder cuidar a los nietos, son los hijos quienes se tienen que hacer cargo de las emociones que eso les genere y buscar otras opciones para que los niños (que son su responsabilidad única y directa) estén bien atendidos y bajo la supervisión de algún adulto.
GRAN CARIÑO
Cuando no ejercen el rol de cuidadores principales, la casa de los abuelos es para los más pequeños como un parque de diversiones donde casi todo está permitido. Representan también, en algunos casos, un ingreso económico para los niños, porque consentir es mejor que poner reglas (esa es función de los padres).
Las y los abuelos son capaces de convertirse en un espacio seguro para sus nietos al hablarles con amor, tratarlos con respeto y abrazarlos. Sin saberlo, de esta manera les dan una de las herramientas principales y más necesarias para la vida: un buen desarrollo emocional. Que puedan experimentar seguridad y afecto es indispensable para ello; si en casa existiera una mala comunicación entre sus padres o si hubiera indicios de violencia, los abuelos pueden mostrar otra parte de la realidad, una relación sana, que promueve la comunicación sin violencia y que los nietos pueden aprender y replicar.
Ante casos de parejas divorciadas, los abuelos también representan estabilidad emocional al estar atentos a las necesidades de los niños, quienes muchas veces no saben cómo expresar el dolor de que sus padres no se lleven bien.
Si los abuelos tienen el privilegio de vivir cerca de sus nietos, pueden crear los mejores recuerdos y memorias en la cocina, combinando texturas, aromas y sabores; arreglando algún desperfecto en casa; viendo álbumes de fotografías para dar a conocer la historia familiar, o bien, simplemente dando un paseo. Por otra parte, el uso de la tecnología es una opción para acercar a los que viven fuera; hacer videollamadas o publicar sus videos es una forma de manifestar sus afectos.
Una de las tareas principales que sigue pendiente como sociedad es la planificación familiar. Es necesario evitar los embarazos no deseados y tener claro lo que significa ejercer una maternidad y una paternidad responsables y presentes, saber que no es a los abuelos a quienes les corresponde cuidar a los nietos como si fueran hijos.
Al dar apertura a que los abuelos disfruten a sus nietos, los hijos pueden estar rescatando el corazón y la mente de los pequeños, dándoles herramientas emocionales para resistir el estrés de la vida adulta, ya que muchas veces la casa de los abuelos es el lugar en donde más amados y seguros se habrán sentido, y saber que alguien los amó y trató con todo el cariño que son capaces de dar, es algo que les va a ayudar en cualquier momento de su vida.