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El presidente francés, Emmanuel Macron, reiteró este miércoles su confianza en la primera ministra, Élisabeth Borne, cuya posición había quedado debilitada tras no alcanzar una mayoría sólida para aprobar la reforma de las pensiones.
Borne "tiene toda mi confianza para conducir este equipo gubernamental y construir un programa legislativo", afirmó Macron en una entrevista con los dos canales de televisión más vistos del país.
El presidente aseguró que avanzarán en sus reformas para que den fruto y beneficien a los ciudadanos, y aseguró que Borne tendrá que buscar más apoyos parlamentarios para adoptar "leyes más concretas y visibles".
"Vamos a continuar avanzando a marchas forzadas", indicó el presidente, que descartó así el giro político que le exige la oposición.
Preguntado sobre si el país está fracturado por la discutida reforma de las pensiones, que rechaza casi un 70 % de la población, según diversas encuestas, Macron reconoció que "la reforma es muy difícil" para él y asumió la "impopularidad" que le puede suponer.
Además, constató que en el Parlamento "no hay una mayoría alternativa", ya que la oposición está fracturada de forma drástica entre la izquierda y la extrema derecha, con grupos menores de centro y derecha.
El presidente, al que le quedan cuatro años de su segundo mandato, insistió en que, a pesar de la fuerte oposición que ha suscitado la reforma de las pensiones en el Parlamento y en la calle, el Ejecutivo y él van a intentar relanzar el diálogo con otras fuerzas políticas, porque "no hay derecho al inmovilismo".
Macron trazó como objetivos para el resto de su mandato el refuerzo de la seguridad, el aumento del gasto militar y continuar el proceso de transformación industrial para atraer más actividades productivas a suelo francés, relacionadas sobre todo con la nueva economía verde.
"Durante décadas hemos sido un país acostumbrado a gastar y a no producir", lamentó.