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Escritor lagunero Vicente Alfonso impartirá charlas gratuitas sobre Mark Twain

Las pláticas pretenden descubrir a un Twain desconocido y se estructuran a partir de la propia vida de quien escribiera Las aventuras de Tom Swayer

(CORTESÍA)

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SAÚL RODRÍGUEZ

Lo considera uno de los principales autores de la literatura universal. Vicente Alfonso comenzó a leer a Mark Twain con El príncipe y el mendigo, novela publicada en 1881, donde aparecen dos niños que nacen el mismo día y a la misma hora. La historia le resultó interesante, familiar; el escritor lagunero tiene un hermano gemelo. “Para mí sonó mucho esta condición que se presenta a lo largo de toda la obra de Twain, que es esta obsesión por el doble”.

En una iniciativa de la Casa Estudio Cien Años de Soledad y la Fundación para las Letras Mexicanas, Vicente Alfonso será el encargado de orquestar Un viaje a contracorriente con Mark Twain. Se trata de una serie de pláticas en línea, profundas, sobre las obras del célebre escritor norteamericano. Los diálogos serán transmitidos gratuitamente cada martes del 7 de febrero al 7 de marzo, de 18:00 a 20:00 horas, a través de las redes sociales de la Casa Estudio Cien Años de Soledad, Cultura y la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, así como la Facultad de Letras y el Área Académica de Humanidades de la Universidad Veracruzana.

“Son una serie de charlas de divulgación. No es un curso pensado para eruditas, sino más bien para que la gente se acerque, en una primera instancia, a Twain. Sobre todo, y por eso se llama Un viaje a contracorriente, alejándonos un poco de esta imagen de un autor que es sólo para niños, superficial, que solamente aborda las situaciones desde un tono humorístico, pero en realidad Twain fue mucho más que eso”.

Twain ha sido una lectura recurrente para Vicente Alfonso. Con tan sólo quince años de edad, se propuso leer de manera sistemática sus obras. Esto le ha significado una estupenda aventura, pues se ha perdido en sus novelas policíacas e históricas, en sus artículos periodísticos y en sus crónicas de viajes.

“Era lo que hoy llamaríamos un activista, a favor de los derechos humanos y contra el colonialismo. Era alguien que se involucraba en las discusiones de la época”.

Las pláticas pretenden descubrir a un Twain desconocido y se estructuran a partir de la propia vida de quien escribiera Las aventuras de Tom Swayer. Vicente Alfonso seguirá esa línea cronológica, donde en diferentes etapas, Twain se aproxima e interesa por un mosaico de temáticas.

“Me encanta hablar de Twain. Yo tengo dos autores favoritos: uno es Twain y el otro es García Márquez. Entonces, lo veo como una estupenda oportunidad para enlazar mis dos aficiones. Federico Campbell, quien fue mi maestro y quien este mes cumple nueve años de fallecido, me decía en broma siempre: ¿De quién quieres hablar además de Mark Twain?”.

Faceta periodística

Vicente Alfonso relata que Twain estuvo ligado al periodismo durante toda su vida. Su primer trabajo, cuando aún era un niño, fue en una imprenta localizada en Hannibal, población junto al río Mississipi. Laboró como asistente de un periódico y se enamoró del oficio. “Él tuvo diferentes empleos. Fue piloto en el Mississipi, lo equivalente a ser casi astronauta ahora, el empleo que todos los niños quisieran llegar a tener”.

Al estallar la Guerra Civil de Estados Unidos, Twain tuvo que dejar su empleo como piloto al interrumpirse el tráfico de barcos en el río Mississipi. Buscó otros trabajos y volvió al periodismo, algo que se repetiría en más ocasiones. Twain debe al oficio gran parte de su papel en la literatura.

“Si lo vemos a lo largo de su línea de vida, jamás perdió el contacto con el periodismo. De hecho, varia parte de su obra está estructurada como textos que fueron publicados primero en periódicos y luego integrados como un libro”.

Así mismo, Vicente Alfonso distribuirá las cinco charlas en cinco grandes temas: las memorias de Twain en La vida en el Missisipi (1883), la condensación de sus habilidades narrativas en Las aventuras de Huckleberry Finn (1884), el registro de su primera gran asignación como corresponsal en Los inocentes en el extranjero (1869), el enigma policial que habita en El bobo Wilson (1894) y las notas sobre una gira que Twain hace casi al final de su vida en Siguiendo al Ecuador (1897).

“Vamos a tocar algunos otros libros, pero diría que estos van a ser los ejes de cada sesión”.

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Escrito en: Vicente Alfonso Mark Twain

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