(AP)
Estados Unidos ha ordenado la salida de Haití de familiares de empleados de su Gobierno y de aquellos trabajadores de la embajada que no cumplan labores de emergencia, ante la degradación de la seguridad en el país caribeño.
En una alerta en la página web de la embajada estadounidense en Haití se comunica la decisión al respecto adoptada por el Departamento de Estado de EE.UU.
También se reitera el llamamiento efectuado la víspera y se indica que los ciudadanos estadounidenses en Haití deberían salir lo antes posible en medios de transporte comercial u otras opciones privadas, "a la luz de la situación actual de seguridad y los desafíos en cuanto a infraestructura".
"Los ciudadanos estadounidenses que deseen salir de Puerto Príncipe deben seguir las noticias locales y solo hacerlo cuando se consideren seguros", agrega la nota, que pide no viajar a Haití ante los secuestros, la delincuencia, los disturbios civiles y las deficitarias infraestructuras sanitarias.
Debido a esta situación, "el Gobierno estadounidense ve extremadamente limitada su capacidad para facilitar servicios de emergencia" a sus ciudadanos y la asistencia sobre el terreno solo es posible a través de las autoridades locales (Policía Nacional de Haití y servicios de ambulancia).
El comunicado señala que el personal del Gobierno de Estados Unidos en Haití tiene limitados sus movimientos al "área confinada alrededor de la embajada".
Además, tiene prohibido caminar por Puerto Príncipe y no puede utilizar transportes públicos o taxis, así como acudir a bancos o usar cajeros automáticos, conducir de noche, viajar a ningún lugar entre las 01.00 y las 05.00 hora local o hacerlo sin aprobación previa y medidas de seguridad especiales.
Haití vive una situación de extrema violencia y gran parte de Puerto Príncipe y sus alrededores se encuentran bajo el control de las bandas armadas, lo que ha obligado a miles de sus vecinos a irse de sus casas y convertirse en desplazados internos.
En Haití, sumido en una crisis en todos los órdenes, abundan las masacres, las violaciones, los secuestros y la quema de viviendas.
En el país más pobre de América, cerca del 50 % de la población sufre inseguridad alimentaria y la mitad de sus algo más de 11 millones de habitantes vive en la pobreza.