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La ausencia de una política clara para el uso de redes sociales dentro de las empresas ha incrementado una serie de problemáticas, en las que se incluyen: acoso, difusión de información confidencial, daño a la reputación y un aumento desmedido en los costos operativos.
Fernando Sentíes, directivo de Amitai, organismo que evalúa la cultura ética organizacional, señaló que la mayoría de las empresas, especialmente en México, carecen de regulaciones efectivas para mitigar estos riesgos, y el desconocimiento en torno a la importancia de regular el uso de redes sociales ha contribuido significativamente a esta preocupante situación. La pandemia exacerbó estas problemáticas, lo que incrementó de manera alarmante los casos de enfermedades mentales, acoso laboral, acoso sexual y una difusión desenfrenada de desinformación perjudicial para la reputación de la empresa.
El impacto de un post viral en plataformas como TikTok, por ejemplo, no puede ser subestimado, de acuerdo con Sentíes. En México, a pesar de las posibles violaciones a la privacidad de los usuarios, la falta de regulaciones concretas en esta red social ha generado preocupación. Un caso a destacar es la medida adoptada por Montana, que se convirtió en el primer estado de Estados Unidos en prohibir el uso de esta plataforma china, subrayando la necesidad crítica de establecer salvaguardias efectivas para proteger la privacidad de los usuarios.
En este contexto, casi 60% de la población mundial es usuaria de redes sociales y en 2025 se podrían superar los 5,400 millones de usuarios activos. Por esta razón, es importante considerar que más de la mitad de las empresas consultan las redes sociales de los candidatos profesionales antes de contratarlos, siendo los perfiles de LinkedIn los que más se consultan (85%); Facebook 63%; X 19%; y Tik Tok 12 por ciento.
Sentíes subrayó la importancia de establecer normativas estrictas que regulen la conducta en línea de sus empleados y la necesidad urgente de implementar medidas concretas, incluyendo la utilización de disclaimers, es decir, limitadores de responsabilidad; el respeto a la confidencialidad de la información corporativa, así como una capacitación exhaustiva para los empleados sobre el uso responsable de estas herramientas digitales.
Asimismo, destacó la importancia de incorporar un apartado específico en el Código de Ética y/o Conducta de la empresa; y la exigencia de que todos los colaboradores firmen una carta de compromiso al ingresar a la organización.