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Francia expulsó a 15 mil 396 inmigrantes ilegales de su territorio a lo largo de 2022, lo que supone un incremento del 15 % con respecto al año anterior, pero todavía lejos de las cifras que se registraban antes de la pandemia, indicó este jueves el Ministerio del Interior.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, aseguró que se ha dado prioridad a la expulsión de extranjeros delincuentes, cuyo número se ha doblado con respecto al año anterior hasta alcanzar los 3 mil 615.
Pese a la subida, Francia está lejos de las 23 mil 746 expulsiones que se hicieron en 2019.
El año pasado también subió la regularización de extranjeros, un 8 % hasta alcanzar las 34.029, esencialmente por motivos económicos o laborales, que subieron un 29,1 %.
Capítulo especial para los ucranianos, que protagonizaron 65 mil 833 licencias temporales de estancia dada la situación de guerra que vive su país, sin tener en cuenta a los menores.
El año pasado se registraron 137 mil 46 demandas de asilo, un 31.3 % más que en el año anterior, una cifra próxima al récord que se había alcanzado justo antes de la pandemia.
La publicación de esos datos tiene lugar a pocos días de que el Gobierno francés presente una nueva ley de inmigración en la que pretende facilitar las expulsiones de los extranjeros que presenten una amenaza para el orden público y una reforma del sistema de asilo.