Si las candidaturas de Morena realmente se definieran por encuestas, Claudia Sheinbaum debería estar preocupada por el anuncio de la aspiración del subsecretario de Salud, Hugo López Gatell. Tiene los elementos para pegarle un susto a su favorito, el ex secretario de Seguridad local, Omar García Harfuch:
Por su rol en la pandemia, López Gatell tiene un mayor conocimiento de nombre entre la gente. Por su presencia constante en las mañaneras y en el discurso presidencial, se le percibe más cercano a López Obrador, quien es el gran activo electoral de Morena. La política de Salud del gobierno federal -de la que Gatell es casi logotipo- sale bien evaluada en las encuestas. Esto ha sido sistemáticamente una sorpresa para encuestadores y analistas, pues quizá se trate del mayor de los fracasos del gobierno actual, pero pues esos son los datos de lo que la gente opina en las encuestas. Además, siempre un doctor es más popular que un policía.
Para el círculo de obradoristas más férreos, Gatell es un héroe y Harfuch un intruso. Basta ver la agresiva recepción que le han dado los fanáticos del presidente al ex secretario de Seguridad desde que anunció su intención de contender. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? Durante la pandemia, Gatell decidió seguir la línea del presidente López Obrador aunque esto costara miles de vidas: le consintió el rechazo al cubrebocas, el "sigan saliendo y abrácense", el hacer incluso mítines, el despreciar las vacunas porque las manufacturaban farmacéuticas trasnacionales. Gatell priorizó cuidar políticamente al presidente, aunque descuidara la salud de la población. Harfuch, en cambio, despreció la estrategia de seguridad que dictaba Palacio Nacional, tiró a la basura el "abrazos no balazos" e implantó su propia estrategia de operativos de combate, rechazó la omnipresencia militar hasta donde le dio su capital político y esto le ganó durante todo el sexenio la animadversión del presidente y el rechazo del morenismo más recalcitrante. El mayor atractivo de Gatell para ganar la encuesta interna es su sumisión al presidente. El mayor atractivo de Harfuch para ganar las elecciones generales es su capacidad de conquistar un público que va mucho más allá de los fanáticos.
La incursión de Gatell a la contienda por la candidatura de Morena a la Jefatura de Gobierno evidencia una vez más que es una patraña eso de que "Claudia Sheinbaum es la que ahora toma las decisiones en el movimiento". Uno de los pleitos más famosos dentro del obradorato fue el que protagonizaron Gatell y Sheinbaum durante la pandemia. Si Claudia ya es la que toma las decisiones, cualquiera que no se apellide Harfuch sabría que no tiene ninguna posibilidad. No queda claro si el sorpresivo anuncio de Gatell es fruto de su reiterada desconexión con la realidad alimentada por un ego desmedido, si es la natural búsqueda de fuero porque sabe que encabeza la lista de los candidatos a terminar en la cárcel el próximo sexenio o si es una jugada política del presidente AMLO porque no termina de darle el visto bueno a Harfuch, que es el candidato de Claudia pero que nunca ha sido de su simpatía.