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Los gobernadores de los 27 estados de Brasil asumieron sus cargos este 1 de enero, cuando también será investido el nuevo presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, quien pretende reunir a todos los mandatarios regionales en los próximos días.
Las investiduras de los gobernadores elegidos en las regionales de octubre pasado se sucedieron en sus respectivos estados durante las primeras horas de este 1 de enero.
En Sao Paulo, el estado más poblado y próspero del país, asumió el exministro de Infraestructrura Tarcísio Gomes de Freitas, un estrecho colaborador del ahora exgobernante Jair Bolsonaro, quien perdió las elecciones presidenciales frente a Lula.
En su discurso de investidura, Gomes de Freitas tuvo palabras de agradecimiento con Bolsonaro, quien lo "empujó" hacia la política, pero se distanció también del talante autoritario del líder de la ultraderecha para ofrecer un "diálogo permanente" con "todos los sectores de la oposición".
Gomes de Freitas es la principal figura emergente del movimiento bolsonarista y puede hacer de Sao Paulo una plataforma para aglutinar a las fuerzas conservadoras, sobre todo en ausencia de Bolsonaro, quien viajó a Estados Unidos antes de la toma de posesión de Lula y planea estar fuera del país durante algunos meses.
En Río de Janeiro, inició un nuevo mandato el gobernador Claudio Castro, reelegido en octubre pasado con apoyo de Bolsonaro, pero que se distanció de la ultraderecha después de la victoria de Lula.
Castro no citó en su discurso ni a Bolsonaro ni a Lula, pero sí se mostró dispuesto a establecer una relación de "respeto y cooperación" con las nuevas autoridades nacionales, en favor de "todo el pueblo de Río de Janeiro".
En Minas Gerais, el segundo estado más poblado después de Sao Paulo, también inició su segundo mandato consecutivo el gobernador Romeu Zema, un liberal que durante la campaña presidencial apoyó con fuerza la candidatura de Bolsonaro, frente al "populismo" que en su opinión encarnaba Lula.
Así como Castro en Río de Janeiro, Zema evitó en su discurso toda alusión a la situación nacional y solamente se comprometió a tender puentes de cooperación con el nuevo Gobierno.
Ese diálogo, de hecho, ya ha sido prometido por Lula, quien ha anunciado que en los próximos días pretende convocar a una reunión en Brasilia a los 27 gobernadores que han asumido este 1 de enero.
"Quiero saber cuáles son los principales proyectos de cada uno de los gobernadores, para poder discutir el apoyo, la financiación y lo que el Gobierno federal pueda hacer para colaborar con los estados", declaró Lula la semana pasada.