Aunque faltan trece meses para el cambio de poderes, las evidencias indican que el próximo presidente de México será mujer lo que dará pauta para una nueva y singular modalidad política en el país.
Con las designaciones inminentes de Claudia Sheinbaum, como futura candidata presidencial de Morena y sus aliados, y de Xóchitl Gálvez como representante del Frente Amplio por México, no queda más remedio que pensar en la llegada de la primera mujer a Palacio Nacional.
Queda la posibilidad, es cierto, de que Movimiento Ciudadano postule a un hombre de candidato como podría ser Samuel García, Luis Donaldo Colosio e incluso Marcelo Ebrard.
Pero en estos momentos el triunfo de MC se observa muy lejano, en primer lugar porque este partido no cuenta con una estructura sólida a nivel nacional y además porque su candidato correría prácticamente solo, sin las alianzas necesarias para alcanzar la victoria.
Así las cosas y de no ocurrir contingencias o sorpresas inesperadas, el presidente mexicano para el periodo 2024-2030 llevará el nombre de Xóchitl Gálvez o de Claudia Sheinbaum.
¿Esto es bueno o malo para el país y para los mexicanos?
Por varias razones considero que es positivo sin esperar que la sola llegada de una mujer al primer cargo político signifique que los problemas de México se terminarán. Es positivo porque implica un cambio y los cambios siempre permiten mejorar y avanzar.
Es positivo porque los mexicanos están cansados del protagonismo de los políticos varones que en los últimos años no han sabido afrontar los principales problemas con valentía y decisión.
Así tenemos a Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador que en varias ocasiones y circunstancias han mostrado debilidad y vacilación para tomar decisiones firmes.
Es también positivo porque en la práctica está demostrado que la mujer mexicana es más responsable, dedicada y honesta en las tareas políticas. Desde luego existen excepciones como en toda regla.
Es positivo además porque la mujer que se dedica al servicio público es más sensible y a la vez más exigente con ella misma y con su equipo de trabajo.
Finalmente diríamos que la mujer mexicana piensa más en el país que dejará a sus hijos y nietos, es decir trabajará con una visión de largo plazo y no solo sexenal.
Ahora bien Claudia y Xóchitl poseen trayectorias, perfiles y capacidades muy distintas, ambas han triunfado en sus profesiones, pero sin contar con la experiencia política necesaria para garantizar el éxito en la presidencia.
Claudia es científica, académica y activista de 61 años de edad que inició su carrera política como secretaria de Medio Ambiente del Distrito Federal en el año 2000 durante la administración de López Obrador. Es licenciada en Física, maestra en Ingeniería Energética y doctora por la UNAM en ingeniería ambiental, para ello trabajó cuatro años en Lawrence Berkeley Laboratory de California.
Sheinbaum es de ascendencia judía con dos hijos y se divorció en el año 2016 de su esposo Carlos Imaz Gispert. En el 2022 anunció su compromiso matrimonial con Jesús María Tarriba, doctor en ciencia física.
Claudia es militante fundadora de Morena y asumió en el 2018 la gubernatura de la Ciudad de México donde se le reconoce su trabajo en la seguridad, educación y salud.
Su gran fracaso fue el colapso de la Línea 12 del metro capitalino, ocurrida en mayo del 2021, donde murieron 26 personas.
Xóchitl Gálvez es ingeniera, empresaria y política de 60 años de edad con raíces otomíes y nacida en el poblado Tepatepec, Hidalgo. Está casada con el ingeniero Rubén Sánchez y tienen dos hijos.
Xóchitl costeó de pequeña sus estudios ya sea vendiendo gelatinas en su pueblo y más tarde como telefonista en la ciudad de México donde estudió Ingeniería en Computación en la UNAM.
Fundó varias empresas de tecnología luego de trabajar en el Inegi y el World Trade Center de México, en 1999 fue reconocida por el World Economic Forum de Davos, Suiza, como una de las 100 líderes globales del futuro del mundo.
Creó la fundación Porvenir para combatir la desnutrición infantil en zonas indígenas y en mayo del 2013, el presidente Vicente Fox la designó titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
En octubre del 2015 se hizo cargo de la delegación Miguel Hidalgo y en septiembre del 2018 llegó al Senado de la República como senadora plurinominal del PRD. Xóchitl no milita con partido alguno, pero como senadora forma parte del bloque panista. En octubre del 2024 tendremos, pues, la primera mujer presidenta de México, habrá que prepararse para ello.
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