(EFE)
El escritor japonés Haruki Murakami ha afirmado este miércoles que las historias que nutren sus obras le "caen del cielo" y solo tiene que buscar la forma y el ritmo del relato para encajarlas en su “estilo particular” alejado de cualquier tipo de encasillamiento y que ha definido como “murakaismo”.
En un encuentro con miembros de 92 clubes de lectores de cuatro comunidades autónomas del norte de España, celebrado en el Teatro Jovellanos de Gijón ante un auditorio con mil personas, antes de recibir el próximo viernes el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2023, Murakami ha dicho que no busca las historias que escribe, sino que se sienta a esperar que le caigan "del cielo".
El autor japonés más leído en el mundo ha reconocido que la novela "Rojo y Negro", de Stendhal, que leyó a los 12 años porque el libro estaba en su casa, fue una de las mayores influencias que lo impulsaron a dedicarse a la literatura con un estilo que busca diferenciarse del resto de escritores contemporáneos.
El escritor, nacido en Kioto en 1949, ha rechazado la opinión de algunos críticos literarios que lo consideran "el padre del realismo mágico japonés", al afirmar que huye de todos los "ismos" y que en cualquier caso su estilo es el "murakaismo".
Además, ha expresado su desacuerdo con las críticas que se le han hecho en su país por considerar que sus novelas no son japonesas, al afirmar que es japonés, escribe en japonés y come comida japonesa.
También ha admitido que en su juventud se sintió atraído por los clásicos rusos como Dostoievski y Tolstói, y que siendo adulto descubrió la literatura norteamericana que traducía al japonés.
A este respecto, ha explicado que su inclinación por una narrativa un tanto más occidental puede haber tenido su origen en que sus padres eran profesores de literatura japonesa y quiso estar "lo más lejos posible" de eso.
Cuando escribe, Murakami se levanta muy temprano, a las 4:30 horas, hace y bebe café y al mismo tiempo piensa cómo va a continuar la historia, pero nunca se inspira corriendo, una actividad que le permite tener la "fortaleza física" que necesita para crear.
Autor de una numerosa bibliografía, Murakami ha dicho que tiene 74 años y no sabe cuántas novelas más puede escribir "antes de marchar de la vida", ni cuáles pueden ser las historias que vaya a contar porque cuando no escribe simplemente espera encontrar alguna que le "caiga del cielo".
Murakami ha expresado además su convicción de que "la tarea de un escritor es crear algo", para lo cual tiene que "bajar hasta el segundo subsuelo de la conciencia" y asumir distintos roles para ponerse en el lugar de los posibles lectores.