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Héctor Iván González con sus hijos Mariacarla, Ivana y Max.
A pesar de haber tenido la ausencia física de su padre a la edad de 3 años, Héctor Iván González Martínez desarrolló su infancia y juventud con valores que le inculcaron su madre, además que la vida le regaló varias figuras paternas, y de todos ellos fue aprendiendo valores muy altos, principalmente el del esfuerzo del trabajo, así como la importancia de tener estudios para obtener mejores herramientas en la vida laboral.
Creció rodeado de amor, que es otro valor que ahora replica con su familia, integrada por su esposa Carla Romo Ramírez y sus hijos Maximiliano, Ivana María y Mariacarla.
Actualmente Héctor Iván es abogado y Notario Público, profesión que le apasiona y que desempeña desde los 19 años de vida, comenzando como pasante y tuvo como mentores a grandes Notarios de la región, a quienes con gran admiración y agradecimiento lleva en su corazón, siendo uno de ellos el Lic. José María Iduñate Guzmán, quien desde temprana edad lo formó y enseñó el amor por tan noble profesión, en la que ha crecido poco a poco, al igual como ha ido creciendo como papá de sus tres hijos.
¿Qué significa para ti ser papá?
Significa una responsabilidad muy grande, de formar no solo mentes, sino corazones sanos. Significa dar amor de manera incondicional. Ser papá es la satisfacción más grande que he tenido en mi vida.
¿Cómo haces para equilibrar tu tiempo de trabajo con el tiempo que compartes con tu familia?
Mis hijos conocen mi profesión y la de mi esposa, y han encontrado un amor y un respeto a la misma. Les gusta ir a nuestras oficinas y pasar tiempo en ellas, en ocasiones les apasiona poder ayudar en pequeñas labores dentro de las mismas, sin embargo, por sus actividades, son pocas las veces en que esto es posible. No obstante, cuando existe la posibilidad de involucrarlos, los hago acompañarnos a algún evento público, situación que les llena de emoción y orgullo.
En el día a día procuro comer con la familia y en ese momento compartimos: ¿Cómo es que está yendo nuestro día?, ¿Cómo fue su día en el colegio? Ahí aprovechamos para platicar de inquietudes, anhelos, alegrías y en ocasiones temores, y cada uno comparte su opinión sobre el tema.
Por las noches procuro llegar a la casa, antes de que mis hijos se duerman, para alcanzar a darnos un abrazo y un beso, y terminar de platicar como fue el resto de la tarde. En ocasiones cenamos juntos, leemos cuentos o a veces nos alcanza un tiempo para jugar juntos.
Sin embargo, los fines de semanas es en donde hay más calidad de tiempo compartido, aquí realizamos un montón de actividades en conjunto.
¿Cómo es la educación que les das?
En cuestión de educación me apoyo mucho en mi esposa Carla, quien es una madre completamente entregada a ellos y a su familia. Ella tiene mucho sentido común y mucha sensibilidad para guiar a todos los miembros de nuestra familia.
Unidos enseñamos a nuestros hijos, la mayoría de las veces, de manera empírica, con ejemplos, les enseñamos a amar y respetar la vida. Sin duda es un privilegio muy especial el ser padre de tres hermosos hijos y poder compartir esta experiencia con mi esposa Carla.
¿Cuál es la filosofía de vida que quieres compartir con tus hijos?
Siempre confiar en uno mismo, no tomar muy en serio las críticas ni los elogios de los demás. Allegarse de personas que nos aporten cosas positivas a nuestra vida y de igual manera tratar de ser éstas personas para los demás. Nunca darse por vencido y trabajar incansablemente hasta conseguir nuestras metas. Nunca dejar de soñar y encontrar la pasión en todo lo que hagamos.
¿Qué es lo más difícil que se te ha hecho de ser papá?
Lo más difícil ha sido afronta la responsabilidad que tengo como jefe de familia, de brindar siempre un buen ejemplo para mis hijos, esperando que esto sea aprendido por ellos.
Comparto que hubo un episodio difícil en mi paternidad, al momento de recibir el nacimiento de Ivana María, la segunda de mis hijas, siendo para nosotros una sorpresa un diagnóstico de Trisomía XXI o lo que se conoce como “Síndrome de Down”, sin duda fueron minutos y días de angustia, pensando en la aceptación que mi hija tendría en nuestro sistema de salud, de educación, y en un futuro, en nuestro sistema laboral, pues nuestro país apenas despega hacia una vida más inclusiva. Gracias a Dios esa angustia o miedo, natural de cualquier ser humano, pasó de manera muy rápida, al observar el amor y entrega con el que mi esposa Carla recibió a nuestra hija, de la misma manera que lo hizo todo nuestro entorno familiar, amigos y en general nuestra comunicad completa, y poco a poco hemos ido abriéndonos puertas para lograr que los 3 de nuestros hijos, tengan una infancia llena de amor y de bienestar. No puedo sentirme más satisfecho de todo lo logrado, de todo lo recorrido, de todo lo aprendido, y de todo lo vivido, y esto aunado a agradecerles a muchas personas a mi alrededor, lo agradezco todos los días a Dios.
¿Qué has aprendido de tus hijos?
Me han enseñado a amar incondicionalmente. Me enseñan a ver la vida y a vivirla de una manera sencilla, ligera, a ser feliz con el amor y compañía que nos tenemos unos a otros. Me han reafirmado, que lo que más amo en esta vida es mi familia. Max, Ivana y Mariacarla me impulsan a ser un mejor ser humano, todos los días.