Hablar de libros cuya lectura está prohibida, pareciera ser un tema que nos lleve a retroceder en el tiempo, quizá al siglo XVI o XVII cuando la Inquisición impuso veto a los libros que no tenían contenidos avalados por la Iglesia, es decir, los llamados libros heréticos. La prohibición de libros tiene una larga e innoble historia. Aunque no es del todo historia, tristemente sigue estando vigente.
Un ejemplo moderno de lo anterior sucedió en 2020, poco después del asesinato del afroamericano George Floyd y tras las protestas del movimiento "Black Lives Matter". Los profesores del Distrito de Burbank, en los Ángeles, recibieron la orden de retirar de sus planes de estudio cinco novelas clásicas, entre ellas "Matar a un ruiseñor", de Harper Lee y "De ratones y hombres" de John Steinbeck. El motivo de tal disposición, fue que se recibieron protestas de algunas familias, con el argumento de que los libros podían causar daño moral en sus hijos y en los estudiantes de color. Como resultado, algunas personas de la comunidad calificaron la decisión como censura, invocando a la Constitución de Estados Unidos que protege la libertad de expresión. Incluso, algunos alumnos, pensaban justo lo contrario, que éstos libros formaban conciencia para luchar a favor de la justicia social.
Por su parte, la Biblioteca Pública de Nueva York, lanzó una campaña llamada "libros para todos" poniendo a disposición de los lectores, a través de una aplicación, con descarga gratuita y durante un periodo de tiempo, algunos de los libros que habían sido censurados.
Personalidades del mundo de la literatura también se posicionaron. Por ejemplo, la escritora Margaret Atwood, con apoyo de la editorial Penguin Random House, subastó una edición de su libro "El cuento de la criada", elaborada con material no inflamable. Este libro de su autoría ha sido uno de los más prohibidos en las escuelas de Estados Unidos. En el vídeo de la campaña contra la censura, se puede ver a la escritora intentando quemar con un lanzallamas el libro en cuestión, sin conseguirlo.
Según un informe publicado por la Asociación PEN América, entre junio de 2021 y mayo 2022 fueron registrados más de 700 intentos de prohibir libros en escuelas, universidades y bibliotecas de 26 estados norteamericanos. Si bien existen libros controversiales en su contenido, cabría preguntarnos si prohibir su lectura es una buena estrategia, tomando en cuenta las repercusiones de tal decisión a corto y largo plazo. Más allá de esto, es conveniente reflexionar en que la lectura es una habilidad que nos permite obtener información y conocimiento. Los libros tienen un enorme poder de transmisión de ideas y reflexiones que expanden nuestra mente y nos ofrecen nuevos horizontes. Es así, como el libro conjuga el encuentro de varias libertades humanas: la libertad de expresión, la libertad de elección y la libertad de pensamiento. Por lo tanto, es importante y trascendental, defender éstas libertades y es, además, una tarea vigente, permanente que nos corresponde a todos los lectores.
